El ministro de Salud Óscar Ugarte anunció esta semana la posibilidad de que empresas vacunen masivamente, por su cuenta, ante la incapacidad del Estado para cubrir la demanda y dejar atrás la pandemia en el menor tiempo posible. Tres expertos en salud pública expresan los pro y contra de la participación de los privados en este proceso.

Escribe: Renato Arana Conde – Conexión Vida 

Lima, Perú.- En el país, apenas hay 152 mil 62 personas vacunadas contra el covid-19 (de acuerdo al Ministerio de Salud), desde la llegada del primer lote de Sinopharm, hace dos semanas. A este ritmo, la cobertura de 24 millones de inmunizados a nivel nacional que se espera, se avista como una realidad lejana. Ante este panorama, el ministro de Salud, Óscar Ugarte, desliza la posibilidad de involucrar al sector privado en la compra, distribución y comercialización de las vacunas: “con una sola condición, que el precio no sea mayor al que ofrece el sector público”.

Óscar Ugarte, ministro de Salud
Óscar Ugarte


Pero, ¿le conviene al Perú que los privados se involucren en el proceso de vacunación? Conexión Vida consultó a tres expertos en salud pública para encontrar una respuesta y solución.


Luis Lazo, coordinador nacional de Foro Salud:
Este médico activista es tajante, lo descarta por completo. Explica que se necesita que la vacuna sea un bien público y la única forma de garantizar ello es a través del sistema de salud del Estado, de forma democrática: “Es por eso que el sector privado no debería participar, de ninguna manera, y mucho menos cuando demostró en la primera ola cómo (las clínicas privadas) cobraban a sus pacientes de forma inescrupulosa por las pruebas que les entregaba gratuitamente el propio INS”.
El derecho a la salud –explica– debe generar un nivel de equidad; por lo tanto, la capacidad económica no debe ser motivo distinciones ni alterar el orden de las fases de vacunación del sector público.

 

Javier Llamoza,  exdecano del Colegio Químico Farmacéutico Departamental Lima: 

Javier es menos radical y explica que es factible la participación del privado, siempre y cuando se ciña al programa de vacunación nacional del Ministerio de Salud. “La situación cambia si los privados comenzaran a adquirir las vacunas, venderlas y vacunar de manera independiente; entonces, el Ministerio de Salud perdería capacidad de negociación y se ampliaría la brecha que existe ente los que pueden acceder a la vacuna por su capacidad adquisitiva frente a los que no”, advierte.

 

Roberto López, director de Acción Internacional para la Salud:
Para este experto en materia de patentes de medicamentos, la pandemia no es una oportunidad de hacer negocios. Punto. Al igual que Llamoza, López considera que la única manera de hacer partícipe al sector privado del proceso de vacunación es utilizando los criterios epidemiológicos o en caso el sistema público haya sobrepasado su capacidad de respuesta. “Respecto a los privados, no se trata de vacunar a mis trabajadores, a quien yo prefiera, sino que tiene que alinearse con esta respuesta planificada por el Estado”, reitera.
López señala que una vez superada la pandemia, la vacuna será como cualquier otro fármaco en el mercado con fin lucrativo. “Pero ahora no es el caso con la vacuna del covid-19. Este es un caso de emergencia y cualquier contribución debe estar alineada al Ministerio de Salud”, deja en claro.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí