Contraloría comprobó que en los almacenes del INS no se lleva un registro fiable de la cadena de frío, la cual, de romperse afectaría la eficacia del producto. INS ni siquiera cuenta con personal designado para esta función, de acuerdo a la inspección.

Escribe: Renato Arana Conde / Conexión Vida

Lima, Perú.- Un total de 25 mil 728 pruebas moleculares para detección de COVID-19 corren el riesgo de estropearse pues se mantienen en dudosas condiciones de conservación en los almacenes del Instituto Nacional de Salud, de acuerdo a una inspección de la Contraloría General de La República.

Otra irregularidad que se detectó es que, una vez adquiridas las pruebas moleculares por la Central de Perú Compras Públicas (Perú Compras) –la encargada de su adquisición en plena emergencia sanitaria–, estas se enviaron directamente a los almacenes del Instituto Nacional de Salud, en el distrito limeño de Chorrillos.

Esta acción contraviene a lo dispuesto en el Decreto de Urgencia N° 028-2020, en el que se indica que todo bien adquirido se recepciona en los almacenes del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) en el Callao. Al parecer, existe un acuerdo bilateral entre Perú Compras y el INS, en el que esta última toma la función del Cenares la cual es la entidad del Minsa competente en el abastecimiento de medicamentos y equipos médicos.

Este procedimiento atípico tiene como consecuencia que en los almacenes del INS no se garantice la conservación de estas pruebas moleculares dentro de los rangos de temperatura que se requieren para mantenerlas en óptimas condiciones.

Por ejemplo, en el trayecto desde el ingreso al país de las pruebas compradas hasta el almacén del INS la verificación del producto –que oscila de 2 a 8 grados centígragos– sólo se hizo de manera visual sin registro ni reporte de la temperatura en la recepción del lote; pues no se contó con algún software o sistema informático para un monitoreo más preciso por medio de un medidor electrónico (data logger).

Una vez dentro del almacén, se descubrió que en las cámaras frigoríficas, la verificación de la temperatura solo continúa haciéndose de modo visual cuatro veces al día. Peor aún, este monitoreo no se registra, por lo que no se puede comprobar que se haya cumplido a cabalidad el proceso de conservación. A este asunto se le suma el hecho que en el almacén el INS no hay personal designado para esta función.

Conexión Vida se contactó con el área de prensa del Ministerio de Salud en busca de explicaciones a esta serie de irregularidades, pero, pese a recibir nuestro pedido vía telefónica y por escrito, no respondieron.

Leyenda de foto: Contraloría también comprobó otras irregularidades en el INS.

Colegio Químico Farmacéutico se pronuncia

Para Javier LLamoza, Decano del Colegio Químico Farmacéutico Departamental de Lima, todo el procedimiento descubierto por la Contraloría deja mucho que desear, pues Perú Compras, como encargado de la adquisición de medicamentos y equipos médicos, debe enviarlos directo al local del Cenares para su almacenamiento y distribución. “Quiero suponer que esta decisión sea por un tema de control de calidad”, declaró a Conexión Vida.

No obstante, mostró preocupación respecto a las condiciones de transporte y almacenamiento de las 25 mil 728 pruebas moleculares pues, indicó, si se rompe la cadena de frío una sola vez el producto pierde eficacia. “Por ejemplo, el número de veces por el que se abren las puertas de ese refrigerador para hacer alguna observación no debe ser más de diez veces: origina un choque en la temperatura que puede generar problemas en la calidad del producto”, detalló el experto.

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