Limeños no cuidamos nuestro río y principal abastecedor del agua que usamos.

Escribe: Rodrigo Siancas / Conexión Vida 

Lima, Perú.- Día a día los trabajadores de Sedapal se dan con la desagradable sorpresa de encontrar diferentes cosas que los ciudadanos arrojan a las aguas del río Rímac, cosas como animales muertos, residuos hospitalarios y hasta cadáveres humanos.

Casi después de tres años del desastre que ocasionó el niño costero parece que la población no ha aprendido nada, a pesar que muchos se vieron obligados a cargar baldes a la espera de las cisternas de Sedapal, pero aún así no sabemos cuidar nuestro rio.

“La tarea de dejar limpias las aguas del Rímac para entregarlas a la población en óptimas condiciones de consumo es no solo esforzada sino también costosa. Si no se arrojara tanta basura en el cauce, los costos de limpieza se reducirían”, dijo la gerente de Producción y Distribución Primaria de Sedapal, Yolanda Andía.

Proceso de purificación del agua 

Andia reveló que en los últimos cinco años el costo de purificación del agua subió al menos entre 30% y 40 % y que Sedapal ha hecho muchas inversiones para entregar a los usuarios agua de calidad garantizada, porque se le aplica la limpieza físico-química, al retirar los residuos y descontaminarla con sustancias químicas (cloro, sales de fierro, sales de aluminio, sales de cobre, polímeros).

“El agua producida por Sedapal es de excelente calidad. El problema son las tuberías domiciliarias antiguas que tienen décadas y no han sido cambiadas, allí es donde el agua se altera”, comentó Andía, durante un recorrido por las instalaciones de la planta de tratamiento de La Atarjea.

Lamentó que cuando por alguna razón ajena a Sedapal el agua presenta alguna turbidez, se responsabilice a la empresa sin tener en cuenta otros factores.

A cuidar todos el agua 

Pidió a la ciudadanía a tomar conciencia de la importancia de cuidar este recurso vital y a conocer todo lo que cuesta descontaminarla para que llegue con calidad a nuestras casas. 

La producción de agua, desde el momento en que se recibe en las dos bocatomas de La Atarjea hasta que ya ha sido tratada y está lista para el consumo, tarda entre 16 y 18 horas. La capacidad de recojo de las bocatomas es de hasta 35 metros cúbicos por segundo (35,000 litros).

“Mucha gente desconoce el enorme trabajo que hacen los servidores de Sedapal las 24 horas del día, porque nuestra labor es ininterrumpida. En alguna oportunidad le pregunté a una señora si sabía de dónde venía el agua que consumía su familia y me respondió ´del caño, pues´. Eso demuestra que tenemos mucho que aprender”.

Hasta hace algunos años, Sedapal controlaba y monitoreaba la calidad del agua hasta el puente Huachipa, pero ahora debe hacerlo en los 140 kilómetros de recorrido del río Rímac, pues desde la parte alta de la cuenca (Huarochirí, San Mateo, Matucana) llega a la costa contaminada con metales pesados.

Para culminar, Andía reveló que en Lima y Callao se consume alrededor de 140 litros de agua por persona, lo que es considerado un gasto muy elevado.

Fuente: Andina 

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