Hace más tres décadas sucedió un evento que marcó la historia del Perú. Aquí te contamos todo lo que pasó.
Lima – Perú.- Sucedió durante la noche de un domingo, era el 5 de abril de 1992, cuando el entonces presidente de la República, Alberto Fujimori Fujimori, decidió dar un mensaje a la nación a las 10:00 p.m. La historia del Perú estaba cambiando en aquella transmisión: el mandatario anunciaba que estaba próximo a disolver al Congreso y a tomar el control de todos los poderes del Estado.
A este evento se le conoce como el Autogolpe de 1992 o el “Fujimorazo”, ya que el expresidente Fujimori estaba dándole un golpe a la estructura bajo la cual se regía el Estado de Derecho que se conocía en aquel momento y al mismo tiempo estaba tomando el control de todo, con el aval de las Fuerzas Armadas.
Fujimori argumentaba que tenía que realizar este golpe de Estado debido a que el Congreso —donde no tenía mayoría en ninguna de las cámaras— era “obstruccionista” y por lo tanto no lo dejaba gobernar. Solo contaba con 32 diputados de 180 y 14 senadores de 62. Así instauró el “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”, el cual fue luego oficializado con el Decreto 25418 donde se precisan sus bases.
“A la inoperancia del Parlamento y corrupción del Poder Judicial se suma la evidente actitud obstruccionista y conjura encubierta contra los esfuerzos del gobierno por parte de algunas cúpulas partidarias (…) con el único interés de bloquear las medidas económicas que conduzcan al saneamiento de la situación de bancarrota que precisamente ellas dejaron”, dijo Fujimori aquella noche del 5 de abril.
Además del cierre del Congreso, Fujimori dispuso la reorganización del Poder Judicial y el Consejo de la Magistratura y el Ministerio Público. Esta medida buscaba, según su propio mensaje a la Nación, erradicar la corrupción ene estas instituciones.
Mientras este discurso, previamente grabado, era transmitido por todos los canales de televisión, los tanques de la División Blindada ya se movían en las calles de Lima rumbo a los locales del Congreso de la República y del Palacio de Justicia. Las calles principales y los edificios institucionales fueron tomados por militares, el trabajo de la prensa fue limitado. Y al mismo tiempo se realizaron detenciones, intervenciones y arrestos a los opositores políticos del Gobierno.
Videos y fotografías de la época nos muestran las escenas en las que se podía ver cómo el gobierno de Alberto Fujimori impidió a los presidentes de las cámaras de Senadores (Felipe Osterling) y de Diputados (Roberto Ramírez del Villar) salir de sus domicilios e incluso ingresar al Congreso para ejercer sus funciones.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los arrestos deben ser llevados a cabo por la autoridad competente, la cual debe ser prevista por la legislación interna de los Estados y que de no cumplir con ello, a la luz del derecho internacional para realizar una detención, se daría que “los arrestos pierden categoría de tales para convertirse en meros secuestros”. Por ello que posteriormente los afectados denunciaron el hecho como “secuestro”.
Al día siguiente, el Poder Judicial, el Congreso de la República, el Tribunal de Garantías Constitucionales (hoy Tribunal Constitucional) y los edificios de otras instituciones amanecerían rodeados de vehículos de guerra y efectivos de las FF.AA. que impedían el paso de los funcionarios a sus oficinas.
Los medios de comunicación sufrieron presión de parte del Gobierno, ya que tuvieron a efectivos militares a las puertas de sus locales e incluso al interior de sus salas de redacción. Las ediciones de algunos diarios salieron con páginas en blanco como protesta ante la medida tomada.
Cabe destacar que una encuesta de Apoyo (ahora Ipsos) demuestra que la medida tomada por Alberto Fujimori el 5 de abril de 1992 contó con gran aceptación poco después de anunciada. “La disolución del Parlamento en 1992 tuvo el apoyo del 80% de la población, pero, al mismo tiempo, 84% apoyaba que se convoque elecciones parlamentarias anticipadas, es decir, pedían la pronta recuperación del sistema democrático”, detalla Alfredo Torres, Presidente ejecutivo de Ipsos Perú, en un artículo publicado en su web.
Así se colocaron las bases de la Constitución de 1993, ya que con la instauración del “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional” no solo se disolvió el Congreso. También se suspendieron varios artículos de la Constitución de 1979 —que era la que regía hasta entonces— y convocó a elecciones para formar un “Congreso Constituyente Democrático”, que tendría como objetivo la promulgación de una nueva Constitución política del Perú.
Fuente: El Comercio