Elmer Wilfredo Espinal Martinez, tiene 38 años y 15 de ellos viviendo con el VIH. Es consejero educador de par e instructor principal del programa “Manejando la Salud” en Sí, da Vida. Adicionalmente es asistente del área de prevención y logística.
¿Hace cuántos años llegaste a Sí, da Vida?
Llegué hace 5 años, cuando era consejero de par en la Dirección de Salud Lima V Ciudad. .Conocí a Juan (Juan Ppati Izaguirre, responsable del programa de automanejo en Sí, da Vida) y me invitó a conocer la institución.
¿Qué te pareció Sí, da Vida, cuando por primera vez llegaste?
Me pareció un grupo bueno, porque encontré a muchas personas que viven con el VIH, donde se podía conversar e intercambiar experiencias. Desde el principio hice buena amistad con todos y todas. También, me di cuenta que podría aprender más y participar de espacios y servicios que otras instituciones no ofrecían, como por ejemplo el bingo, cine, karaoke y el internet.
Y, ¿cómo fue tu participación en el programa de automanejo?
Ingresé con muchas ganas de conocimiento al programa, que en ese entonces se desarrolló en el local de la avenida Cuba, de Sí, da Vida. Mi participación fue fundamental para lograr ser seleccionado como instructor. Luego pasaron unos dos años más y fui seleccionado para recibir la capacitación como instructor principal del programa, avalado por la universidad de Stanford.
Ahora formas parte del equipo de trabajo en Sí, da Vida.
Me siento bendecido. En realidad me dio una enorme alegría, porque me he dado cuenta que todo esfuerzo tiene sus recompensas. Es una satisfacción personal, formar parte del equipo de esta gran institución.
En Sí, da Vida, tengo el cargo de ver la parte logística del programa, pero eso no me hace más ni menos que otros, porque sigo siendo el mismo voluntario de siempre. Participo con los Chalecos Rojos de la Prevención, repartiendo información y preservativos en discotecas y centros nocturnos, además de seguir educando en los programas de automanejo. También en las pruebas rápidas de VIH.
Tengo entendido que también estás avanzando en el campo profesional, porque has ingresado a un instituto.
Es verdad, ahora estoy estudiando administración. En el lado profesional, ahora mi meta es acabar mi carrera, y seguir creciendo como ser humano.
¿Tus estudios, forman parte un proyecto de profesionalización o fue algo casual?
Muchos creen que las personas que viven con el VIH, no tienen sueños, pero es todo lo contrario. Mis estudios los tenía en mente hace mucho tiempo y aunque muchos me decían que por mi edad esto no era posible, ahora me llegó la oportunidad y agradezco a Sí, da Vida y a todas las personas que me apoyan en hacer realidad esta gran meta.
Es tu gran meta culminar la carrera o esperas cumplir otros sueños.
La culminación de mi carrera, es la primera parte de una meta mayor. Quiero convalidar mis estudios en una universidad y luego hacer un doctorado en salud o algo parecido, para que de esta manera complementar mi carrera con mi otra vocación, que es el servicio a los demás.
En realidad, me falta mucho por recorrer en el campo profesional, y me siento orgulloso, cada vez que veo una buena calificación en mis cursos. Esto me motiva más.
Eres una persona afortunada. Cuéntame sobre tu viaje fuera del país.
En el año 2010, se desarrolló la Conferencia Internacional sobre sida en la ciudad de Viena en Austria. Viajé gracias a que gané una beca para la conferencia y logré relacionarme con investigadores y representantes de muchos países, con quienes compartí experiencias de trabajo.
¿Qué significa el automanejo para ti?
El automanejo es una parte fundamental de mi vida, porque me demuestro a mí mismo que puedo avanzar y seguir avanzando. El automanejo es una herramienta tan poderosa, que sólo se puede experimentar poniendo en práctica las enseñanzas del programa «Nuestra Salud».
¿Cuál de las técnicas de automanejo que contiene el programa de automanejo, utilizas?
Para ser sincero, uso todas, en diferentes momentos y adecuados a mi propia experiencia de vida. Cada vez que entro a la ducha por las mañanas me recuerdo la historia de la locomotora que no podía subir una cuesta y que al final dijo «sí, puedo, yo sé que puedo». Esto me motiva a ser esa locomotora y darme ánimos y fuerzas para seguir adelante.
Escribe: Marlon Castillo / Conexión Vida – Publicado en el boletín especial Sí, da Vida.