Desnutrición crónica infantil en áreas rurales supera en 50% a la urbana en el Perú
Opinión.- El 90% de estudiantes de educación rural no cuentan con las competencias básicas para estudios superiores. Leoncio Reyes, Director de Gestión Pedagógica de la región Ayacucho afirma: “De cada 100 estudiantes solo 9 estudiantes son los que comprenden lo que leen, el 90% de los que terminan la secundaria no tendrían las competencias básicas para continuar estudios universitarios”
En el Perú la pobreza se ha convertido en un fenómeno estructural y permanente y esto se relaciona directamente con los aspectos negativos de los procesos educativos que se inician desde una alimentación inadecuada, acceso limitado o casi nulo a las tecnologías educativas, además de una infraestructura educativa ineficiente en la mayor parte de las zonas rurales de nuestro país.
El Banco Mundial y muchas otras organizaciones hacen hincapié en la incorporación de una economía del conocimiento, el cual está regido por cuatro pilares fundamentales (Educación, Tecnologías de la Información y Comunicación, Innovación y Régimen Institucional e Incentivo Económico) que permitirían a un gobierno, al poner especial atención a estos puntos lograr el establecimiento de una economía sólida y sostenible dentro de un país, y que esto a su vez mejore las condiciones de vida de sus habitantes.
En febrero del 2020 el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó el mapa de pobreza, donde registra que más del 40% de los distritos del Perú viven en pobreza total. El 13,4% de estos viven con tan solo 300 soles mensuales. Sin duda, la pobreza se incrementó desde el 2018, donde afectaba al 20,5% de los distritos, índice que ahora ha subido.
Asimismo, se resalta que de los 1.874 distritos que existen en el territorio nacional, 719 viven con un porcentaje de pobreza entre 20 y 40%. Estos resultados son alarmantes, debido a que los índices de pobreza han aumentado considerablemente y siguen aumentando en la actualidad.
En las zonas rurales de Perú, la tasa de desnutrición crónica infantil supera en más de 50% a las observadas en áreas urbanas. “La desnutrición crónica tiene estrecha correlación con las desigualdades y la pobreza, pero también el sobrepeso está afectando de manera creciente a los niños y niñas más pobres», señaló María Cristina Perceval, directora regional para Unicef América Latina y el Caribe.
Un niño peruano con desnutrición no será un buen estudiante en secundaria y probablemente no acceda a la universidad, un estudiante que no tiene internet y un dispositivo electrónico se encuentra en una situación muy difícil para adquirir conocimientos e información, estudiantes peruanos jóvenes sin instituciones educativas solidas e infraestructuras adecuadas caminan cuesta arriba en un sendero lleno de obstáculos.
Y si a todo este caos le sumamos la pandemia, la crisis política y económica nos encontramos frente a un panorama incierto, difícil y extremadamente desgarrador, que pone en evidencia la crisis social que vivimos y la precariedad del sistema educativo escolar.
“Un niño peruano con desnutrición
no será un buen estudiante en secundaria
y probablemente no acceda a la universidad”
El estado necesita revisar a fondo el trato que da a la infancia empobrecida y realizar un giro contundente a su favor. Se hace indispensable una respuesta sistémica y articulada rápida y urgente a través de decisiones de políticas públicas sociales sobre todo en educación, salud, servicios sociales y transferencia de apoyo económico redistributivo.
Es importante profundizar la investigación sobre el problema de la pobreza no sólo por el hecho de que actualmente más de la mitad de la población peruana está en tal situación, sino, porque tal grado de pobreza está poniendo en peligro constante la educación escolar y la sostenibilidad o viabilidad de nuestro país hacia un estado de desarrollo o crecimiento económico armónico y sólido en el tiempo.