Entrevista: Renato Arana Conde – Conexión Vida 

Roberto López, director ejecutivo de la organización Acción Internacional para la Salud, conoce bien la astucia de empresas farmaceúticas para sacar ventaja en situaciones desesperadas… y más como la que vivimos ante el azote del Covid-19, bajo un gobierno sediento de popularidad. Por eso, la promesa del presidente Martín Vizcarra de la llegada de la vacuna en nuestro país para inicios del próximo año, le genera más suspicacia que esperanza. ¿Estos acuerdos bilaterales con los fabricantes de vacunas nos coloca en una situación de desventaja en lugar de ventaja a la hora de la hora? El experto en salud pública y patentes de medicamentos lo analiza para Conexión Vida.

-¿Cómo debería intervenir la Organización Mundial del Comercio para lograr que la vacuna sea de acceso global?

-Es necesario recordar que este es un proceso bastante largo, que significa dejar sin efecto, o suspender por un tiempo determinado, las protecciones de los derechos de propiedad intelectual, como las patentes y otros. Esto ya lo ha planteado Sudáfrica e India en el último concejo de los ADPIC (Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) y se espera que otros países se sumen a esta moción. No solo para suspender patentes sino también diseños industriales que tendrían que ver con la fabricación de ventiladores, por ejemplo, u otros aparatos que se requieren para combatir la Covid-19. También aquellos suspender los derechos de propiedad intelectual que protegen la fabricación de tests o pruebas de diagnóstico de la Covid-19Roberto López, representante de AIS

-Vizcarra declaró ante la ONU que la vacuna debe ser un bien público mundial. ¿Qué debería hacer su gestión para concretar esta declaración?

-Creemos que está bien que apoye, por ejemplo, al proyecto del Covax Facility, porque financiándolo va a permitir que las vacunas puedan ser efectivas y que las vacunas que están vinculadas al Covax puedan ser distribuidas, equitativamente, a nivel mundial. Sin embargo, creemos que es contradictorio que el gobierno peruano esté corriendo, como otros países (incluídos los ricos), en una carrera de pagar por adelantado dosis de vacunas en tratados bilaterales con empresas farmaceúticas. Ahí, nosotros tenemos poco que ganar y, más bien, se debilita que la vacuna sea un bien público mundial. El gobierno debería, –en una concepción clara y consecuente de multilateralismo– unirse con otros países de la región para que, en conjunto, puedan proponer y abrir un proceso para que la vacuna (cualquiera que sea) se pueda distribuir equitativamente y de acuerdo a criterios epidemiológicos, más que de acuerdo a quien pague más.

-¿Usted cree que los países de Latinoamérica tengan los mismas oportunidades que los países europeos y asiáticos a la hora de la adquisición de la vacuna?

-No lo creo, porque no tenemos tanta riqueza como ellos para comprar como lo están haciendo ya con millones y millones de dosis de vacunas; además, que estos países han estado financiando la investigación y desarrollo de vacunas, lo cual no hemos podido hacer. Entonces, creo que los países latinoamericanos estamos en desventaja para acceder a estas vacunas por el lado privado, por el lado de los acuerdos bilaterales. Si nos metemos en la cola, vamos a estar bastante rezagados.

-¿Estima que en el primer trimestre estará disponible la vacuna tal como lo anunció Vizcarra?

-A mí me parece totalmente apresurado, y creo que irresponsable, si el Perú acepta una vacuna marcada por el apresuramiento que de réditos políticos. Una vacuna es un instrumento muy valioso para contener una enfermedad, pero debe ser evaluada suficientemente para que se asegure que sea efectiva y no cause daños serios irreversibles. Creo que el Estado debe ser mucho más cauto, que deje de ofrecer la vacuna para los primeros tres meses del 2021 y debe tener una posición más responsable. Por lo demás, y atendiendo al proceso que debe seguir la investigación y desarrollo de una nueva vacuna, no creo que una vacuna esté evaluada para principios del próximo año. Esto va a llevar mucho más tiempo y debe dejarse que se termine con todo el periodo de prueba de la fase tres: el cual no terminará para el primer trimestre del próximo año.

-¿Se hace necesario transparentar los acuerdos económicos entre el gobierno peruano y las farmacéuticas implicadas en el desarrollo de la vacuna?

-Por supuesto que deben ser así. El gobierno peruano está haciendo arreglos con Covax facility, por ejemplo. Nos parece bien, pero esos acuerdos deben ser transparentados. Debe decirse a la población cuáles son las vacunas que están implicadas en el acuerdo, cuáles son las condiciones económicas, cuáles son los plazos establecidos para que la vacuna llegue. Ahora, teniendo en cuenta que hay mucha incertidumbre de qué vacunas podrían pasar las pruebas, también es cierto que todo lo que se hable es teórico. Se debe ser transparente, sobre todo aquellos acuerdos bilaterales con empresas farmaceúticas con las que, al parecer, se está llegando a tratos de compras adelantadas. Se tienen que transparentar también en los precios que se están pagando por cada dosis. Ahora, cuáles serían las responsabilidades de las empresas en relación a las reacciones adversas, cuál va a ser el proceso de aprobación de esa vacuna para que ingrese al país, porque tiene que haber una evaluación nacional. También tiene que pasar por el filtro de la comunidad científica internacional. Tenemos que ser muy cuidadosos.

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