(Madrid, España).- Investigadores del Instituto de Salud Carlos III han descrito un nuevo mecanismo por el cual el VIH infecta “de manera latente” los denominados como reservorios virales, que suponen el mayor obstáculo para la curación del virus. Tildan sus hallazgos de “nuevas claves para la curación del VIH”.

Científicos del laboratorio de Inmunopatología del Sida, que dirige José Alcamí, firman un artículo que se publica hoy en la revista ‘Cell Reports’ en el que describen los resultados de su estudio, que ha contado con la colaboración del Centro de Genética Humana de la Universidad de Montepellier y la Universidad Case Western de Cleveland.

Su investigación muestra cómo el VIH utiliza determinadas citocinas producidas por el sistema inmune para infectar nuevos linfocitos y cómo impedir dicha infección. Una de las grandes paradojas de la infección por el VIH, explicaron los investigadores, es que el virus es capaz de infectar de manera silente o “latente” los linfocitos CD4, que se transforman en un reservorio viral inaccesible a la acción de los fármacos.

De esta manera, el virus se reactiva actuando como una auténtica “bomba de relojería”. Así, han observado que determinados fármacos que se utilizan en el tratamiento de leucemias son útiles para revertir el efecto de estas interleucinas y tienen una acción específica frente al virus del Sida.

Las implicaciones del trabajo son importantes no sólo porque se describe un nuevo mecanismo de persistencia y perpetuación de los reservorios virales, sino porque estas citocinas han sido utilizadas en ensayos clínicos, lo que a la luz de estos resultados puede no ser deseable en pacientes infectados por el VIH.

Uno de los grandes hallazgos del trabajo es cómo en pacientes tratados con una de estas interleucinas, éstos se hacen más susceptibles a la infección, al neutralizarse una de las principales defensas de los linfocitos CD4, la proteína celular Samhd1.

Fuente: SERVIMEDIA

 

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