Panamá.- El desabastecimiento de medicamentos para el tratamiento del VIH pone en peligro hoy la vida de más de 29 mil usuarios, denunció el director de la Fundación Probidsida, Orlando Quintero.
Quintero señaló que la falta de retrovirales en el sistema de salud podría provocar que muchos usuarios pasen a la etapa Sida, una situación evitable si los pacientes tienen acceso a las medicinas necesarias.
Manifestó que en esta situación inciden los casi siete millones de dólares que adeudan las entidades públicas a las empresas proveedoras de medicamentos, las cuales no planifican su liquidez a partir de las demoras en que incurren las instituciones de salud a la hora de pagar, mientras los pacientes quedan desprotegidos frente a la enfermedad.
El doctor también resaltó la necesidad de garantizar el tratamiento para las enfermedades oportunistas, porque de nada sirve que estén los retrovirales, si no hay medicamentos para tratar esas infecciones.
Recordó que esas carencias, entre ellas los reactivos para realizar las pruebas de VIH, resultan una constante presente también en otras enfermedades crónicas que requieren de una sistematicidad en la medicación para garantizar la vida del paciente.
Con más de 13 mil casos desde septiembre de 1984, cuando se reportó el primer enfermo de Sida, hasta octubre de 2018, Panamá sobresale hoy como uno de los países más afectados por el VIH en Centroamérica.
Según un reciente informe del Ministerio de Salud, el VIH-Sida se está transmitiendo más en los jóvenes de 19 a 44 años, el 60 por ciento de los portadores del virus padecen de la condición y la transmisión materno-infantil del VIH se mantiene entre cuatro y cinco por ciento, muy por encima del dos por ciento establecido por la Organización Mundial de la Salud como meta a alcanzar por cada país.
Manifestó que en esta situación inciden los casi siete millones de dólares que adeudan las entidades públicas a las empresas proveedoras de medicamentos, las cuales no planifican su liquidez a partir de las demoras en que incurren las instituciones de salud a la hora de pagar, mientras los pacientes quedan desprotegidos frente a la enfermedad.
El doctor también resaltó la necesidad de garantizar el tratamiento para las enfermedades oportunistas, porque de nada sirve que estén los retrovirales, si no hay medicamentos para tratar esas infecciones.
Recordó que esas carencias, entre ellas los reactivos para realizar las pruebas de VIH, resultan una constante presente también en otras enfermedades crónicas que requieren de una sistematicidad en la medicación para garantizar la vida del paciente.
Con más de 13 mil casos desde septiembre de 1984, cuando se reportó el primer enfermo de Sida, hasta octubre de 2018, Panamá sobresale hoy como uno de los países más afectados por el VIH en Centroamérica.
Según un reciente informe del Ministerio de Salud, el VIH-Sida se está transmitiendo más en los jóvenes de 19 a 44 años, el 60 por ciento de los portadores del virus padecen de la condición y la transmisión materno-infantil del VIH se mantiene entre cuatro y cinco por ciento, muy por encima del dos por ciento establecido por la Organización Mundial de la Salud como meta a alcanzar por cada país.