Para el estudio se empleó un anticuerpo de origen humano y dos de origen símico 

El uso de tres anticuerpos contra el VIHS (un virus híbrido entre el VIH y el virus de la inmunodeficiencia símica) ha permitido proteger a un grupo de monos frente a la adquisición de dicho virus, según las conclusiones de un estudio estadounidense publicado en Science Translational Medicine. Se trata de un estudio de tipo “prueba de concepto” que espera acabar desarrollando una vacuna preventiva frente a la adquisición del VIH en personas.

Los anticuerpos utilizados en el presente estudio son un anticuerpo humano ampliamente neutralizante y dos anticuerpos obtenidos de monos vacunados con anterioridad. Dichos tres anticuerpos están dirigidos al péptido de fusión, una zona de la superficie de la cubierta proteica del virus que le ayuda a fusionarse con la célula huésped.

Los anticuerpos dirigidos al péptido de fusión pueden neutralizar diversas cepas del VIH in vitro. El primero de los anticuerpos incluidos en el presente estudio -conocido como VRC34.01- provenía de una persona con el VIH que donó muestras de sangre para que fueran investigadas. Los otros dos provenían de macacos Rhesus que habían recibido un régimen de vacunación encaminado a que generaran anticuerpos frente a los péptidos de fusión. Para validar el correcto funcionamiento de dichos anticuerpos se administró una dosis infectiva de VIHS a macacos Rhesus a quienes se habían administrado dichos anticuerpos.

Los macacos Rhesus recibieron una única infusión intravenosa de uno de los tres anticuerpos antes descritos (el anticuerpo VRC34.01 se utilizó a dosis de 2,5 mg/Kg o 10 mg/Kg) o placebo. Para determinar el efecto protector de dichos anticuerpos, cinco días después de recibir la dosis de anticuerpo o placebo se expuso a una dosis infectiva de VIHS a los macacos.

Todos los macacos que habían recibido placebo adquirieron el VIHS tras la exposición. Ninguno de los que recibieron la dosis de 10 mg/Kg de VRC34.01 se infectaron, mientras que solo el 25% de quienes recibieron la dosis de 10 mg/Kg de VRC34.01 adquirieron el VIHS. En cuanto a los anticuerpos de origen símico, ninguno de los que recibieron el anticuerpo DFPH-a.15 se infectaron, mientras que solo el 25% de quienes recibieron el anticuerpo DF1W-a.01 adquirieron el VIHS.

A lo largo del tiempo, las concentraciones de anticuerpos de quienes recibieron DFPH-a.15 fueron disminuyendo y 30 días después de la primera dosis infecciosa volvieron a ser expuestos al VIHS. En ese momento se infectaron la mitad de los reexpuestos, lo que indica que el efecto protector -como era de esperar- depende de la concentración de los anticuerpos.

Así, los tres anticuerpos evaluados proporcionaron una protección frente al VIHS estadísticamente significativa, que fue de tipo dosis-dependiente.

Los presentes hallazgos suponen una “prueba de concepto” que podría encaminar vías de investigación de vacunas preventivas frente al VIH basadas en anticuerpos dirigidos a los péptidos de fusión del VIH. Los autores del estudio apuntan que dichas candidatas a vacuna deberían combinar varios anticuerpos para que fueran capaces de prevenir infecciones causadas por la mayor cantidad posible de cepas del VIH.

 

 

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