Estigmatizado y criminalizado, el trabajo sexual forma parte de nuestra realidad, y las personas que ejercen esta actividad forman parte de una población en estado de vulnerabilidad. 

Escribe Edith Ramirez / Conexión Vida 

Lima – Perú.- Cada 3 de marzo se conmemora el Día Internacional por los Derechos de las Trabajadoras Sexuales, en el Perú ejercer el trabajo sexual no es un delito, sin embargo, esta parte de la población frecuentemente es criminalizada, estigmatizada y vulnerada. 

Según ONUSIDA solo en lo que va del año se han asesinado, con extrema crueldad, a más de 10 mujeres, entre cis y trans, por causas relacionadas a la extorsión por el cobro de cupos (proxenetismo). 

Frente a este panorama diversas organizaciones de trabajadoras sexuales organizaron una gran marcha, que tuvo lugar este 22 de febrero, donde autoridades, compañeras y familiares de las víctimas levantaron su voz de protesta. 

Durante la manifestación la activista de Asociación Civil de T.S. Rosas Mujeres de Lucha – Perú, Leyda Portal señaló que las Trabajadoras Sexuales (TS) están siendo perseguidas por parte de las autoridades “a las compañeras se las han llevado presas anoche y la policía con la municipalidad ya coordinaron las redadas que van a haber en el Centro de Lima”, además denunció públicamente que muchas veces las trabajadoras sexuales son víctimas de violencia sexual “nos violaban, nos quitaban nuestro dinero y nos dejaban recién a los tres días recién regresar, y a las que no permitían muchas cosas nos mandaban presas”. 

Consecuencias del abuso y criminalización

Para la Defensoría del Pueblo, la estigmatización y discriminación frente a esta actividad obstaculiza su acceso al sistema de justicia, cuando denuncian ser víctimas de hechos punibles o se les limita los servicios básicos, como el de salud.

Esta situación se agrava cuando se trata de migrantes, mujeres trans, menores de edad, y víctimas de trata de personas o explotación sexual.

Reciente datos de ONUSIDA, señalaron que los países donde el trabajo sexual está penalizado, las personas trabajadoras del sexo tienen 7 veces más probabilidades de vivir con VIH que las que viven en países donde está parcial o totalmente legalizado.

En el Perú ejercer el trabajo sexual no es un delito, sin embargo, el no contar con leyes que amparen a las personas que se dedican a esta actividad las pone en estado de vulnerabilidad. 

Abuso de autoridad

La problemática sobre el trabajo sexual debe ser atendida por las autoridades sin estereotipos negativos, abordando la situación de manera multisectorial, integral, intergubernamental y articulada.

Hace unas semanas se viralizó un video donde el alcalde del Agustino, Richard Soria, haciendo uso y abuso de poder humilló a un grupo de trabajadoras sexuales durante una intervención policial, “si quieren trabajar, váyanse a otro lugar. Acá no vamos a permitir eso, les digo que esta es la primera intervención que estamos haciendo”, “No soy tu amigo, yo soy el alcalde acá y se respeta, te sometes a la autoridad policial en este momento”, agregó.

Este hecho fue rechazado por la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. 

Para la presidenta de la Asociación de Trabajadoras Sexuales Miluska Vida y Dignidad, Ángela Villón, el grabar y difundir el video donde el burgomaestre Soria regaña a las trabajadoras sexuales, las revictimiza y expone, ya que muchas de ellas son víctimas del cobro de cupos por parte de mafias. 

Para Villón la solución no es criminalizar el trabajo sexual, sino trabajar por encontrar a los extorsionadores y proxenetas, reprimiendo a las mafias. 

 

 

 

 

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí