La Organización Mundial de la Salud calcula que se han producido 82 ataques distintos contra hospitales, ambulancias y médicos en Ucrania desde que comenzó la guerra.

A medida que llegan los envíos de tratamiento antirretroviral, aumentan las dificultades para garantizar que llegue a quienes lo necesitan

Ginebra.- La guerra en Ucrania ha dado lugar a una crisis humanitaria con un rápido aumento del número de muertos y heridos, la destrucción de ciudades y pueblos enteros y ataques desmedidos contra instalaciones sanitarias y otros objetivos civiles. Esto está poniendo en grave peligro a los ucranianos que viven con el VIH.

“Cada vez es más difícil para las personas acceder a la atención sanitaria que necesitan, incluidos los servicios para el VIH”, declaró Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. Antes de que estallara la guerra, aproximadamente 260.000 personas vivían con el VIH en Ucrania de las cuales 152.000 tomaban medicación diaria para el VIH. Al ser una condicón crónica, las personas dependen de sus medicamentes (antirretrovirales) para estar bien. 

La Organización Mundial de la Salud calcula que, hasta el momento, se han producido 82 ataques distintos contra hospitales, ambulancias y médicos en Ucrania desde que comenzó la guerra. Se presume que casi el 50% de las farmacias de Ucrania están cerradas y muchos trabajadores sanitarios están desplazados o no pueden trabajar.

Por ello ONUSIDA, con sus copatrocinadores la OMS y UNICEF, junto con USAID, PEPFAR y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, trabajan para garantizar un suministro de 12 meses de los medicamentos para las personas que viven con el VIH en Ucrania. Una entrega de 209.000 suministros de 90 días de medicamentos antirretrovirales  (tenofovir, lamivudina y dolutegravir), ha llegado a Lviv, Ucrania, lista para ser distribuida a las personas que la necesitan. Sin embargo, la distribución dentro de Ucrania va a ser un reto, especialmente en las zonas de conflicto.

En Ucrania la mayoría de los centros que proporcionan antirretrovirales siguen funcionando, o lo hacen de forma parcial, pero la guerra ha interrumpido las cadenas de suministro y el acceso de los pacientes a esos centros. 

Desde el inicio de la guerra más de 4 millones de refugiados han huido de Ucrania. Se calcula que hasta el 1% de los refugiados podría vivir con el VIH y necesitar servicios relacionados con el VIH. Instituciones como ONUSIDA, han realizado acciones estatégicas con países vecinos de Rumanía, Eslovaquia, Moldavia, Hungría y Polonia para informar a sus respectivas capitales y a los funcionarios sanitarios sobre las necesidades de los refugiados que viven con el VIH, así como sobre la importancia de proporcionar servicios de prevención del VIH.

Como parte de los esfuerzos para garantizar la continuidad del tratamiento del VIH, la OMS, ha ayudado a negociar un acuerdo con la empresa farmacéutica ViiV Healthcare para proporcionar donaciones de medicamentos para el VIH a Polonia, la República Checa y otros países de la Unión Europea que reciben un gran número de refugiados ucranianos.

La Organización Mundial de la Salud está trabajando con el Centro de Salud Pública de Ucrania en la recopilación de datos, manteniendo la confidencialidad, para conocer el paradero y las necesidades de las personas que viven con el VIH afectadas por la guerra. Actualmente no hay datos precisos sobre los movimientos de las personas que viven con el VIH que ya han abandonado el país.

ONUSIDA está supervisando la situación y trabajando estrechamente con las organizaciones de la sociedad civil para apoyar a los refugiados y a las personas que viven con el VIH en Ucrania, también está trabajando para garantizar que las personas de las poblaciones clave, incluida la comunidad LGBTI, tanto en Ucrania como las que han abandonado el país, tengan acceso a los servicios humanitarios.

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