En una entrevista con Saby Mauricio, ex decana del Colegio de Nutricionistas, nos advierte lo siguiente 

Escribe: Marlon Castillo y Renato Arana.

Más de tres años ha pasado desde la reglamentación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes (Ley 30021) y los peruanos aún podemos encontrar, en los anaqueles de los supermercados y las vitrinas de las bodegas de barrio, alimentos procesados que llevan octógonos de advertencia, pero apenas impresos “de manera temporal”: o sea, solo pegados al empaque. Cualquiera, con la uña, podría despegarlo y volver inofensivo, al instante, un producto alto en azúcar, sal o grasas saturadas.

Debería preocuparnos esta precariedad en cómo nos mantienen informados sobre cuán dañino es lo que nos llevamos a la boca. La encuesta Demográfica y de Salud Familiar ENDES 2019 reportó que el 70 % de la población mayor de 15 años presenta sobrepeso y obesidad, ¡hasta 1 de cada 10 menores de cinco años! Y, ahora, con la pandemia la cifra debe haberse “inflado” más, a causa del sedentarismo y la ansiedad por la amenaza del covid.

Para colmo, el 30 de junio (tras acceder dócilmente a la propuesta de la Cámara de Comercio de Lima) el Ejecutivo le otorgó una tercera prórroga a la industria alimentaria -hasta marzo del próximo año- para que sigan con el uso de estos octógonos “pega-pega” en sus productos importados. Del otro lado, cual vigía, Saby Mauricio (ex decana del Colegio de Nutricionistas) observa con suspicacia estas sucesivas concesiones del Ejecutivo a los empresarios que, de acuerdo a esta experta, se trata solo de la punta del iceberg. Conexión Vida conversó con ella para conocer el resto bajo el agua.

-¿Por qué se cuestiona esta nueva prórroga para el uso de octógonos en forma de stickers, en lugar de impresos, para productos importados?

-Es que nos quieren hacer creer que, por ser importados, la cantidad sería pequeña, pero no. En nuestro país, hasta el 2018, teníamos más de 8 mil 400 tipos de productos procesados y ultraprocesados, de los cuales entre el 80 y 90 % iban a llevar el etiquetado octogonal. Hasta la fecha, no nos han dado el porcentaje de cuáles serían estos productos importados. Imaginemos que fuese un 10 %, lo cual equivaldría a mil productos. Entonces estamos hablando de miles de miles de productos a los cuales se le va a poner solo un sticker.

-¿Cuál es la preocupación respecto al formato de la etiqueta adhesiva?

-Que el octógono se pueda desprender fácilmente y que ahora la responsabilidad (del etiquetado), que recae usualmente en el productor, se la están pasando, ahora, a los centros de abastos, supermercados, bodegas. Si yo compro en un supermercado, ¿a quién le voy a culpar de que el producto no tenga el octógono?, ¿al empleado encargado de cargarme las bolsas? Si voy a la bodega, ¿le voy a echar la culpa al bodeguero? ¡Le pasamos la responsabilidad a personas que no tienen nada que ver en el tema! Lo que se pretende es poner ese sticker, cuando lo que se quiere, en realidad, es que nunca sea permanente. Claramente, la Ley de Alimentación Saludable, su reglamento y su manual de advertencia señala que el etiquetado octogonal es parte del empaque y no pegado.

-¿Cuál es la excusa que está poniendo la industria para no acceder al etiquetado permanente?

-En realidad una excusa nada justificable es que se incrementa el costo. ¡Por favor!, no me vengan a decir que la etiqueta encarece el producto. ¡No insulten nuestra inteligencia! La otra excusa es que los peruanos vamos a privar de productos importados a las personas que padecen cáncer. ¿Me están diciendo que los pacientes oncológicos necesitan consumir productos procesados con octógonos?

-Al contrario.

– ¿Por qué pusimos los octágonos? Porque la evidencia científica demostró que estos nutrientes críticos en azúcar, sodio, grasas trans, estaban relacionados con el incremento de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, infartos y cáncer. A mí me preocupa que esos argumentos hayan terminado convenciendo para dilatar una medida que debió cerrarse ya de una vez. Veamos a Chile donde usaron adhesivos, pero los usaron solo seis meses porque es lo único que necesitó la industria para adaptarse en implementar el etiquetado permanente.

-Aquí ya vamos por los tres años.

-Entonces, sean claros: que digan que lo que quieren es dilatar todo esto porque su objetivo es hacer que el sticker no sea permanente y empiezan a modificar la ley porque eso es lo que siempre quisieron. Si logran modificar una parte, van a poder modificar todo. Mucho me temo que en septiembre de este año ya se cambie los parámetros técnicos que hoy tenemos para poder poner octógonos y logren que se reduzca en cantidad que deba tener advertencia en la etiqueta.

-De un ejemplo de esos parámetros técnicos.

-Veamos, el azúcar permitido es 22.5 gramos, actualmente. Si ahorita tenemos un producto con 23 gramos, ya tiene el octógono, pero si tenemos un producto en 20 gramos no merece etiquetado. Pero, por ejemplo, si en la segunda fase tenemos un producto con más de 10 gramos, va a tener octógono. Eso va a ser que, como sucede en Chile, la industria tenga que reformular sus productos. No estamos contando algo alucinante, es algo que está pasando en todos los países porque, justamente, la mayoría de los países tienen este gran problema de las muertes. En nuestro país, de las 180 mil personas que han muerto en la pandemia, el 80 % eran obesas. ¿Queremos vencer el sobrepeso o no?

-La Cámara de Comercio de Lima está poniendo como argumentos la pandemia.

-Definitivamente, la Cámara de Comercio de Lima da mucha pena al dar argumentos poco técnicos, pensando únicamente en el tema de la economía. No soy una persona que rechaza el crecimiento económico, pero este no puede ser a costa de muertes y engaños. Yo voy a hacer mis compras una vez por semana al supermercado y tengo pruebas, en fotos, de dos productos de la misma marca: uno con octógono y el otro sin octógono. ¿Y sabes qué producto era? ¡Cereal para niños! ¿Por qué? Porque el sticker se puede remover o la persona que tenía que pegarlos se olvidó, simplemente. Entonces, una persona que ve y coge un producto sin octógono, se va a confiar y lo va a consumir.

-¿En qué entidad recae la responsabilidad de corroborar de que cada producto comercializado en un estante cuente con una octógono?

-En la ley de Alimentación Saludable, eso le compete a Indecopi.

-¿Y qué respuesta da Indecopi?

-Refieren que no han recibido muchas denuncias y eso es lo mismo que dice la Cámara de Comercio de Lima. Qué extraño, ¿no? Es el mismo argumento. ¿Pero quién se va a quejar ahora en la pandemia? Primero, las personas no sabemos los canales para quejas. Segundo, cada vez que alguien se queja, les hacen pagar una tasa de más o menos cuatrocientos a mil soles

-Eso desanima a cualquiera.

-Indecopi no tiene la fortaleza ni la logística. Puede estar haciendo todo el esfuerzo del mundo, pero, lamentablemente, no se va a dar abasto para poder controlar cada uno de los puntos de venta de estos mil productos procesados y ultraprocesados. Indecopi es estructuralmente débil. Por eso, yo hablo que en nuestro país debe haber una autoridad autónoma de alimentos y medicamentos y resaltó la palabra “autónoma” porque no deber existir conflicto de intereses en las personas que la integrasen. Recuerden esta resolución que salió de Indecopi, declarando el asunto de los octógonos como barrera burocrática: hasta ahora se ha resuelto. El Ministerio de Salud envió su documento, pidiendo la anulación en febrero del año pasado. Ha pasado más de un año, han logrado modificar una resolución del Ministerio de Salud con decreto supremo… ¿y no pueden anular una resolución de una comisión de Indecopi? ¡Por favor!

-¿Hay alguna investigación que determine si el consumo de estos alimentos ha disminuido a raíz de los octógonos?

-Cuando en Perú aparecen los octógonos, en julio de 2019, se realiza una encuesta Ipsos al respecto y salió que el 70 % de la población cambiaría sus hábitos alimenticios sólo por ver los octógonos y, desde 2019, se debió trabajar los demás puntos de la ley para que no solo sea la percepción sino la ejecución. Chile ha demostrado que ninguna industria alimentaria perdió dinero tras reformular sus productos. Ahora, yo le diría a la Cámara de Comercio de Lima: ¿cómo es posible que se premie al incumplido (con prórroga)? Sucede que hay muchos en industria alimentaria que ya pusieron sus octógonos. Y a ellos, que cumplieron, los castigan porque los otros no terminaron de hacer su tarea.

-Esperemos hasta marzo del próximo año a ver con qué nueva excusa nos salen.

-Esperemos que se cierre el tema… pero no tendríamos que esperar hasta marzo. Recuerden que esta ha sido una normativa y pueden sacar otra normativa, porque los errores se corrigen. Nada está escrito sobre piedra.

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