Gobierno transfirió 106 millones de soles para la instalación y puesta en marcha de estos centros que estarán en 13 regiones. Se busca cortar transmisión del COVID-19.

Ante la necesidad de controlar el avance del Covid-19 y reducir el impacto sanitario en las regiones de mayor riesgo, el Gobierno autorizó la transferencia de S/ 106 millones a favor del Ministerio de Trabajo para la instalación de 16 centros de atención y aislamiento temporal.

EsSalud será el encargado de este despliegue de centros que contarán con un total de 2.434 camas hospitalarias repartidas en 13 regiones para atender a pacientes positivos o sospechosos de coronavirus.

A través del DU 004-2021 se autoriza esta transferencia para que el Seguro realice la implementación y operación de estos centros en Lima, Piura, Lambayeque, La Libertad, Cajamarca, Huánuco, Apurímac, Áncash, Puno, Cusco, Arequipa, Tacna y Moquegua, regiones que tienen alerta moderada y alerta muy alta para casos Covid-19.

Al respecto, la presidenta ejecutiva de EsSalud, Fiorella Molinelli, recordó que en la primera ola de contagios su institución se encargó de habilitar villas en todo el país y recibir centros de atención que les fueron transferidos por los gobiernos regionales y el Minsa para afrontar la pandemia.

Asimismo, el Gobierno autorizó a EsSalud a realizar la contratación de personal bajo la modalidad del régimen CAS y se amplió la cesión en uso a favor del Seguro del establecimiento de salud, anexo al hospital Hipólito Unanue, así como del hospital de Contingencia de Moquegua, pertenecientes a los gobiernos regionales de Tacna y Moquegua, respectivamente.

Sobre ello, el decano del Colegio Médico, Miguel Palacios, señaló que el problema de estos centros de aislamiento fue que no se usaban en el peor momento de la primera ola y apenas tuvo una ocupación del 30%. Sin embargo, dijo que es positivo la instalación de más puntos de aislamiento para evitar que los pacientes se compliquen y lleguen a las camas UCI.

Y recordó que son tres los ejes que da la OMS para controlar el avance del Covid-19: las cuarentenas focalizadas o generales; el diagnóstico precoz y aislamiento; y la protección del personal de salud. “Los centros de aislamiento se ubican en el segundo eje”, remarcó.

“De nada vale ubicar al paciente con coronavirus y que se vaya a su casa, tiene que aislarse a todos sus contactos en un centro de aislamiento temporal y permanecer ahí por 14 días y que el Gobierno les brinde todo, esa es la importancia de un centro de aislamiento, pero no se entendía al principio”, explicó Palacios Celi.

También remarcó que una casa tiene que contar con condiciones para una cuarentena, pero “a veces la gente miente y no tiene como aislarse”.

Y si bien la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, advirtió que los casos seguirán aumentando para febrero y marzo, el decano del CMP resaltó que en lo que queda de enero se verán los resultados de las fiestas de diciembre, y durante febrero se verán los efectos de la nueva variante del virus y que por eso se deben tomar acciones sanitarias para cortar la transmisión en todo el país, no solo en Lima.

593 muertos por día

Por otro lado, las muertes registradas por el Sinadef como sospechosas de Covid-19 llegaron a 84.608, mientras que las defunciones confirmadas por el Minsa se situaron el lunes en 38.931 a nivel nacional.

De acuerdo con el analista de datos Rodrigo Parra, las muertes por toda causa a nivel nacional registradas en el Sinadef están en 593 al día, cuando hace apenas una semana era de 523 y hace cuatro semanas 452.

Según Parra, hay un crecimiento acelerado de fallecimientos por toda causa en regiones como Lima, Callao, Áncash, Junín y Huánuco.

Y esta última región se convirtió ayer en la primera en igualar el pico de muertes diarias causadas por la primera ola.

En tanto, en Lima “pasamos de un punto bajo de 140 defunciones por toda causa (hasta finales de noviembre), al punto en el que estamos, de 232 defunciones diarias”, señala Parra.

El Callao pasó de 15 a 25 fallecimientos en promedio por día. Áncash subió rápidamente de 18 fallecimientos -en su punto más bajo- a 28. Junín también está por ese camino con 33 decesos diarios y está a punto de igualar el pico de decesos de la primera ola, con 52 fallecimientos.

Para el infectólogo Juan Villena, las camas de aislamiento temporal son de vital importancia y deben instalarse más de 500 de ellas. Pero también es relevante que estas cuenten con un equipo de expertos, por lo menos unos 150. “Está muy bien esta medida, debe haber camas de aislamiento por todo el Perú, nunca debieron haberlas cerrado”, asegura.

En tanto, se refirió a las camas de hospitalización y UCI, las cuales también deben incrementarse. En el caso de las de cuidados intensivos, sugirió contar con unas 2.800, es decir, unas 1.000 adicionales.

Villena también enfatizó la necesidad de que se permita al personal de salud trabajar tanto en Minsa como en EsSalud porque ya no hay suficientes profesionales en el país.

Las medidas que dicta el gobierno son tibias

Antonio Quispe, epidemiólogo

Todo lo que conocíamos ya quedó desactualizado. Cuando enfrentamos al SARS-CoV2, lo hicimos con la experiencia de los chinos, pero ante una nueva variante debemos pensar qué evidencias tenemos para controlarla. El virus está evolucionando y nosotros no.

Entonces, lo que tenemos que hacer es aprender a tomar decisiones basadas en evidencias. Teniendo una nueva variante supercontagiosa, la forma de transmisión se hace más acelerada. En Reino Unido, la cuarentena estricta fue su último recurso y es una lección para el mundo. Debemos ya haber imitado esto los de Latinoamérica.

Hay regiones como Huánuco que ahora está pasando los 100 fallecidos. Y los casos no van a dejar de aumentar a menos que hagamos algo para frenarlo.

Por ejemplo, hay que reforzar lo que sabemos que funciona: distanciarnos al menos dos metros y promovamos el uso de espacios abiertos como las playas. En cambio, estas están cerradas y se está favoreciendo el uso de carros, de transporte masivo. La variante es mucho más difícil de controlar, pero creemos que con medidas más relajadas vamos a poder lidiar con una segunda ola.

El uso de camas de aislamiento temporal es una medida para la consecuencia del aumento de casos, pero esto no va a evitar que sigan incrementándose. Uno no para la pandemia atendiendo hospitalizados, sino previniendo la transmisión en la comunidad. Es como decir: ‘vamos a hacer lo posible para que mueran menos’.

Las medidas que ha dictado el Gobierno son tibias. El uso de la mascarilla debe continuar y si es posible fiscalizar que la gente cumpla.

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