La Universidad Nacional del Rosario contrató a tres trabajadoras y un trabajador trans como parte de su personal no docente. La entidad educativa espera continuar este proceso a lo largo de los años.
Del total de ingresos, tres fueron trabajadoras y uno fue un trabajador: una enfermera, dos empleadas de servicios generales y un fotógrafo. Su ingreso se dio luego de que la universidad recibiera 172 postulaciones.
Entre los requerimientos solicitados por la institución educativa a las personas trans, no se exigía estudios secundarios completos y se consideraba el cambio de registro en el documento de identidad como un derecho.
Por su parte, algunas organizaciones indicaron que se debía establecer una proporcionalidad en la contratación: dos tercios de los ingresos debían ser mujeres trans y un tercio, varones trans. De igual manera, se sugirió que se debía contratar a personas mayores de 40 años, una edad por encima del promedio de vida de la comunidad trans en el país y la región.
Luciano Fabbri, coordinador del Área de Género y Sexualidades de la UNR, sostuvo que con la llegada de la pandemia al país se tuvieron que modificar algunas acciones previstas. Por ejemplo, cambiar la forma de inscripción. “Hacer el registro online implicó el desafío de lograr que fuera accesible para una comunidad muy vulnerada en sus derechos y con un acceso limitado a estas tecnologías”, expresó Fabbri.
El anuncio del programa se hizo en octubre de 2019, cuando la UNR habilitó un registro único de aspirantes en todas las unidades académicas y diversas áreas de la universidad para la comunidad transgénero.