Entrevista a Roberto López, experto en salud pública
Escribe: Renato Arana Conde / Conexión Vida
En 2018, Roberto López –como coordinador de Acción Internacional por la Salud, junto con OXFAM– desenmascaró a las farmacéuticas que, pese a tener exonerados de tributos a 12 medicamentos oncológicos, siguieron cobrando altos precios, haciendo que el Estado peruano dejará de percibir 34 millones de soles. Dinero suficiente para salvar la vida de mil 116 mujeres con cáncer de cuello uterino. López también le ha puesto la cruz a las patentes que “secuestran” los medicamentos y vacunas esenciales para la vida. Es por ello que este experto en la materia se adelanta a los hechos y se preocupa por lo que vendrá cuando se halle un tratamiento contra el nuevo coronavirus. ¿Podremos alcanzar a gozar de las bondades de este futuro bien?
– ¿Cuál va a ser el panorama cuando se halle una vacuna o medicamento para el COVID-19?
–La OMS ha declarado a la futura vacuna del COVID-19 como un bien público mundial, eso significa que es un bien que se tendría que poner a libre disposición de todos los países que lo requieran…
–Pero.
–Aún no se sabe cuál va a ser el mecanismo para que esto suceda porque a un inventor de una vacuna no se le puede obligar a que entregue la vacuna libremente para el uso de la humanidad. Hasta ahora, todas las invenciones de medicamentos y vacunas están secuestradas por el acuerdo ADPIC, que tiene que ver con las patentes de medicamentos y vacunas. Es decir, según en ADPIC, las invenciones están protegidas por veinte años y los países miembros de la Organización Mundial de Comercio lo han ratificado. Entonces, se crea un monopolio -en cierto sentido- legal. Una nueva vacuna podría quedar atrapada en esta protección intelectual y si el propietario, la empresa inventora, no quiere licenciarla nadie podría hacerlo.
–Y esperar 20 años, lo cual, dada la urgencia, no soluciona nada en este caso.
–O pagar lo que quieren cobrar. Por eso es que la OMS ha hecho un llamado a la acción mundial para que los gobiernos, o aquellos que hacen investigaciones sobre vacunas o medicamentos para COVID-19, pongan todos sus derechos intelectuales en un repositorio a disponibilidad de la humanidad y se use libremente a un precio muy bajo.
–¿Cómo ha respondido la industria farmacéutica?
–Un representante de (la farmacéutica) Pfizer ha respondido que eso no tiene sentido. Califican este pedido de peligroso porque ellos están invirtiendo miles de millones de dólares. Ahora, ya sabemos cuál es la posición de las farmacéuticas: que no simpatizan con este repositorio.
–¿Hay algún precedente en la historia para darnos una idea de cómo podríamos acceder a un tratamiento?
–Es la primera vez que tenemos una pandemia de esa magnitud y, por eso, estamos pendiente que se invente una vacuna o medicamento. Aunque similar situación (en términos de atrapar un medicamento con esta propiedad intelectual) sí sucedió con el VIH/Sida. Cuando empezó la epidemia en los años ochenta, los altos precios de los antirretrovirales impedían que países de África accedieran a ellos. ¡Murieron millones de personas porque los medicamentos estaban atrapados en protección intelectual!
–Pero eso cambió en la década siguiente.
–Cuando recién aparecieron los genéricos, se abarataron y hubo acceso universal. Ahora, con el coronavirus, la cuestión es que están en juego todos los países, incluidos los países ricos y pobres. Por eso es importante que Perú prevea para ver si se puede producir genéricos de esas vacunas para el tratamiento del COVID-19.
–Pero ya que la industria farmacéutica no dará su brazo a torcer, ¿podremos aplicar el otorgamiento de licencias obligatoria?
–Siempre es importante tener una herramienta legal para que países como Perú accedan a estas herramientas. Eso lo ha hecho Chile, Canadá para que los gobiernos lo faculten de licencias obligatorias en caso de que aparezca una herramienta para el COVID-19. ¿Y si no tendríamos capacidad para producir? Pues, igual podemos importarlo de aquellos países que sí.
–Importarlo a menor precio.
–Porque es el genérico y no el patentado.
–El ministro de Salud, Víctor Zamora dijo, que “aplicaría”, en condicional, el otorgamiento de licencias obligatoria, como algo que se puede postergar.
–Por eso, junto a otros veinte colectivos civiles, hemos enviado una carta al presidente, al premier y al ministro de Salud para pedirle que debe declararse de interés público a todas esas herramientas. No está demás que el gobierno de una norma que lo declare para que se den, automáticamente, las licencias.
–El Decreto Legislativo 1075 se refiere al respecto.
–Por supuesto, este decreto de manera general establece cual es el proceso para llegar a esa licencia. Lo que nosotros pedimos es que, con la pandemia, se declare de interés público todas las herramientas y con eso se facilite el acceso para todos.
–¿Por qué tanta postergación del Ejecutivo a declararlos de interés público?
–Eso debe responderlo el ministro de Salud y el premier. Creo que están muy ocupados con la pandemia. Pero el llamamiento de la OMS para poner en el repositorio los derechos intelectuales está firmado por el Perú junto a 34 países. Es un proceso que tiene que pasar en el país y son las organizaciones las que deben hacer presión al país… y que esta declaratoria sea específica para COVID-19.
–¿Esta declaratoria tiene que, exclusivamente, partir del Ejecutivo?
–De acuerdo a la legislación, sí. En el caso de otros países como Chile es el Legislativo. Creo que es importante que se tome en cuenta nuestra norma (el Decreto Legislativo 1075) que se faculta al Ejecutivo para declarar de bien público para dar licencia obligatoria.
–Pero ante la inacción del Ejecutivo, ¿no podría tomar la iniciativa el Legislativo?
–Se le daría la fuerza a este pedido si otro poder del Estado lo anuncia. Si el congreso presiona también o toma iniciativa sería bueno, pertinente. Tenemos una carta de un congresista que le mandó al presidente sobre este punto.
–¿La pandemia es el punto de partida para reformular todo nuestro sistema de salud público?
–Creo que es una tarea importantísima que debemos asumir desde ahora. El sistema de salud debe ser un único sistema de salud. ¡Basta de tener al Minsa o Essalud por su lado! Debemos tener un solo sistema donde se garantice un servicio de calidad. Ahora, eso es un trabajo arduo y para eso estamos. Ya nos estamos dando cuenta de que la pandemia no ha hecho colapsar el sistema de salud, sino que nos ha mostrado que ya estaba colapsado.
–¿Cuáles serían esas reformas radicales en el sistema de salud?
–Tenemos que ver que estos aspectos de acceso a medicamentos, a vacunas y tecnología sanitaria tengan un capítulo prioritario. Y ahí tiene que relativizarse los monopolios y suspenderse las protecciones intelectuales.
–Implicaría además destinar más del 3.4% del PBI al presupuesto del sector salud.
–Por supuesto. En Perú, tenemos un retraso de veinte años de inversión. Este va a ser un proceso que va a durar dos décadas, a decir de los expertos. Si gastamos en inversión pública 3.4 % del PBI y la OMS recomienda, mínimo, el 6%, estamos muy lejos. Con 18 mil millones de soles, que es presupuesto promedio en estos años, no llegamos a ninguna parte. Por eso, debemos hacer una reforma tributaria para recaudar más y asignar nuevos recursos al sistema salud y proyectos sociales del país.
–¿Cómo atacar a los monopolios?
–Me refería al monopolio de tecnologías sanitarias que son protegidas por patentes. El asunto es que por estar en este tratado ADPIC nosotros aceptamos otorgar 20 años de protección a los inventores que en su mayoría son grandes empresas farmacéuticas. Entonces, lo que debemos hacer es una modificación de esos tratados multilaterales (como el ADPIC). Los medicamentos no deben estar en ese acuerdo -patentes para otras cosas quizás-, pero los medicamentos, que tienen que ver con el derecho a la salud, no pueden estar secuestrados. Por eso, vemos que esta situación es una oportunidad para cuestionar este acuerdo y sacar toda la tecnología sanitaria de esta protección. Va a ser un trabajo duro, a lo mejor yo no lo vea, pero hay que iniciarlo ya.