Publicación del hallazgo del virus causante del Sida, el 20 de mayo de 1983, abrió camino al desarrollo de medicamentos que pudieran combatir a este agente patógeno, el cual transformó nuestra sociedad… y hoy comparte terreno con otras pandemias como la del nuevo coronavirus.

Lima, Perú.- Si el COVID-19 representa a este siglo, si hablamos de virus de alcance global; pues el siglo XX, en su parte final, tuvo al VIH como su patógeno por excelencia. Precisamente, el Virus de Inmunodeficiencia Humana fue descubierto el 20 de mayo de 1983, dando lugar a la verdadera lucha contra esta pandemia que se ha cobrado la vida de 36 millones de personas en el mundo en estos estos años.

Desde que el junio de 1981 se detectara una extraña forma de neumonía en grupos de jóvenes homosexuales de California, se desconocía que era el causante de tantos fallos en sus organismos. Un año después, se le bautizó, ante falta de elementos, como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida: SIDA.

Se tuvo que esperar hasta el 20 de mayo de 1983 para que se dé a conocer la causa del Sida. Se trataba de un Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). El descubrimiento se publicó en la revista Science.

Mientras la ciencia médica intentaba maneras de exterminar este agente patógeno en los organismos humanos, el recibir un diagnóstico de VIH era, en esos años, el equivalente a una sentencia de muerte física… y también una muerte social por la alta carga de estigmatización que conllevaba vivir con el virus.

En 1986, la muerte de la estrella de cine clásico Rock Hudson, en Francia, por complicaciones derivadas del Sida, creó conciencia del alcance sin límites sociales, raciales y económicos del virus. Si una celebridad sucumbía con la epidemia, cualquier hijo de vecino era igual de vulnerable.

El AZT, la primer droga antirretroviral, llegaría un año después gracias a la presión de los activistas y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EEUU (FDA) para reducir el tiempo de aprobación de las fármacos para el Sida. Además de costoso, el tratamiento con AZT implicaba terribles efectos secundarios en el organismo.

Tendría que pasar casi una década para el perfeccionamiento de las drogas antirretrovirales y que traería como resultado la aparición del abacavir, nelfinavir, delavirdina y efavirenz. Así se dio inicio a la combinación de estos productos son resultados más eficaces que su predecesor.

Con llegada del nuevo milenio, se daría pie a la producción y distribución de tratamientos a precios accesibles en países del tercer mundo por medio de acuerdos entre ONUSIDA y cinco grandes laboratorios farmacéuticos.

A Gaëtan Dugas se le reconoció, por error, como el paciente cero del VIH por muchos años. Murió en marzo de 1984.

2004: Año clave para Perú

Fue gracias a la presión de los colectivos civiles que luchan contra el VIH en el país que, en febrero de 2004 se aprueba la norma técnica de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) en adultos; y en abril de ese año se inició la evaluación de pacientes de hospitales en Lima y Callao con pruebas de carga viral y CD4. Al mes siguiente se empezó con la entrega del tratamiento.

Aunque se inició con solo mil usuarios, cuando la meta era llegar a 7 mil en el primer año, esta cifra se incrementó gracias a la labor de los promotores de salud.

Hasta finales de 2019, el 81% de las personas que vive con VIH en el Perú accede al tratamiento antirretroviral gratuito en los establecimientos del Ministerio de Salud (Minsa): Un total de 60 mil personas.

En tanto, EsSalud comprende aproximadamente el 15% del total de usuarios que se benefician con esta terapia contra el VIH y sida el año pasado. Tal cifra, en comparación con la del Ministerio de Salud, nos da una idea de las dificultades que tienen las personas que viven con esta condición crónica de salud para obtener un trabajo formal y, por lo tanto, para tener acceso a los servicios médicos de EsSalud.

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