Usuarios denunciaron que mitad los productos como parte del TAR vencieron en marzo de este año. MINSA estaría incurriendo en un delito penal por entregar fármacos caducos que atentan contra la salud de personas, afirmó decano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima.
Escribe: Renato Arana Conde – Conexión Vida
Lima, Perú.- Pese a que está definido en la normativa, el Hospital Regional del Cusco entregó a varios usuarios del MINSA, que reciben tratamiento antirretroviral, medicamentos vencidos desde hacía meses, lo cual representa un atentado contra la integridad de los usuarios.
Uno de los denunciantes, un ciudadano cusqueño que optó por pedir reserva de su identidad por temor a represalias, detalló que recibió lamivudina de 150 mg, producto que expiró en marzo último, pero que fue entregado a finales de mayo e inicios de junio.
Según constatamos en las fotos y recetas y conversaciones con otras personas afectadas, fueron un total de 120 pastillas para dos meses. De ese total, 60 caducan en 2020 y el resto ya estaban fuera de la fecha límite de consumo. Otra usuaria, que también devolvió el mismo fármaco e hizo el reclamo respectivo al personal del hospital, recibió su dotación incompleta de antirretrovirales.
Fuentes del Ministerio de Salud indicaron al Grupo de Vigilancia de Abastecimientos de Medicamentos Antirretrovirales (GIVAR) que la dirección del hospital regional del Cusco, informó que hoy se cambiará el lote vencido y se comunicará con las personas afectadas.
Delito contra la salud pública.
Javier Llamoza, decano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima, indicó que la entrega de medicamentos vencidos es un delito penal, pues se está atentando contra la salud de los ciudadanos. “Es responsabilidad de los químicos farmacéuticos de los hospitales evitar que se den esas situaciones, pero ocurre que ni el propio Estado en sus almacenes especializados cuenta con químicos farmacéuticos”, recalcó Llamoza.
El decano explicó que, tres meses antes del vencimiento del producto, los químicos farmacéuticos debieron colocarle un sello rojo para advertir sobre la proximidad de la fecha límite y así darle prioridad a ese lote para su pronto consumo. “Salvo que el laboratorio fabricante, que es el único que conoce los datos de estabilidad del producto, pueda dar un año más de vigencia a ese lote, pero todo es bajo la responsabilidad del fabricante”, añadió Llamoza.