Foto composición / Conexión Vida

Aunque existen normativas y leyes vigentes que amparan los derechos de las personas que viven con el VIH, el acceso a la salud, educación, trabajo y justicia sigue siendo una lucha constante. En el siguiente informe, narramos algunas historias de graves atentados a los derechos.

Escribe: Marlon Castillo / Conexión Vida 

No debería ocurrir, pero sucede muy frecuente. Los derechos de las personas que viven con el VIH, siguen siendo vulnerados en los hospitales del país, escuelas públicas, centros laborales y el acceso a la justicia para reponerlos, es tan lento que terminan siendo el peor castigo para quienes deseen denunciar algún atropello.

Falta de medicamentos 

Entre las situaciones de mayor frecuencia en la vulneración de derechos de las personas que viven con el VIH, se encuentra la discriminación, mala atención en los establecimientos de salud, el desabastecimiento y fraccionamiento en la entrega de medicamentos. Desde hace 7 años, el abastecimiento de medicamentos para el VIH en el Perú, sigue teniendo serios problemas en el sistema de provisión de los fármacos.

Tenofovir, es el medicamento antirretroviral que se encuentra con stock crítico en el Ministerio de Salud – Minsa- por una aparente mala programación en la compra corporativa que realizó el Centro Nacional de Abastecimiento de Productos Estratégicos en Salud – Cenares.

Una persona con VIH que se atiende en el Hospital Nacional Dos de Mayo, denunció la entrega de las pastillas, apenas para dos días, lo que significa una clara evidencia del problema. En Chiclayo el mismo producto estuvo desabastecido por más de 15 días a inicios de noviembre. El colectivo GIVAR que vigila el abastecimiento oportuno de los antirretrovirales dio a conocer que se han presentado 67 denuncias por falta de medicinas. 39 corresponden al Minsa, 23 a Essalud y 5 a las sanidades de la Policía Nacional.

Lo despidieron por tener VIH 

Jorge.A.S, creyó que el 7 de enero del 2016, cuando firmó su contrato laboral con la empresa Piping Industrial SAC, sería la gran oportunidad para mejorar su economía, sin embargo seis días después dejó de trabajar al ser despedido de manera humillante por su empleador, que conoció de su diagnóstico de VIH al obligarlo sin su consentimiento a realizarse una prueba de VIH en el hospital SISOL (Sistema Metropolitano de la Solidaridad) de la localidad de Punta Hermosa (sur de Lima).

“Estaba comiendo, cuando llegó el jefe (Ing. Carlos Casana) y delante de mis tres compañeros, me dijo que tenía sida y que debía irme porque iba a contagiar a todos. Al día siguiente (13 de enero) vía telefónica el administrador de la obra (Ing. Fernando Yataco) me llamó y me dijo que debía ser separado porque el médico había informado a la empresa que no podía trabajar porque estaba expuesto al sol”.

Pese a las pruebas, denuncias y evidencias de la discriminación laboral y la realización de un examen que según la ley 26626 debería ser voluntario, hasta ahora la Superintendencia Nacional de Salud y el Ministerio de Trabajo, dan un fallo definitivo del caso, para iniciar acciones legales contra la empresa y Sisol. Al cumplirse casi dos años del acto de vulneración de derecho, Jorge corre el riesgo que su denuncia prescriba a favor de las empresas que afectaron su derecho al trabajo y confidencialidad del diagnóstico.

Niña con VIH fue obligada a abandonar escuela 

La directora de la escuela primaria de Atahualpa 20526 en la provincia de Barranca, le informó a la madre de una niña de 11 años, que vive con el VIH, que debía acudir hasta el viernes 6 de octubre a la escuela.

Según la directora Flor de María Carrera, la menor podría “contagiar de VIH” a los demás compañeros de salón, durante el recreo  o por dar un beso al tener herida sangrante en sus dientes.

La madre de la niña acudió a la organización Sí, da Vida, Defensoría del Pueblo y la Unidad Educativa Local, para impedir que expulsen a la menor de la escuela, privándola de su derecho a la educación.

Felizmente la menor continúa en el colegio, pero según los familiares con un trato desigual de parte de los docentes, pese a que han recibido charlas y capacitación sobre el VIH y que la noticia de la condición de salud de la menor la conozca casi todo el colegio.

Venezolano fallece en hospital de Lima por falta de diálisis

El pasado 18 de noviembre se le acabaron los sueños para L.H, ciudadano de Venezuela que llegó al Perú para encontrar una mejor calidad de vida y se topó con la muerte.

Tras su ingreso al Perú por la ciudad de Tumbes, su compañero de viaje notó que su salud no era la mejor. Una vez que estuvo en Lima, debió ser hospitalizado de emergencia en el hospital Dos de Mayo, donde el equipo de la organización AHF ayudó a insertarlo en el sistema que provee los medicamentos antirretrovirales. Los médicos le detectaron acumulación de liquido, por lo que solicitaron diálisis, que debía hacerse en una clínica privada, pues el hospital no cuenta con este servicio, sin embargo al conocer de su diagnóstico de VIH, indicaron que se necesitaba de una máquina para uso exclusivo el cual tenía un valor de 1,500 soles por uso.

El 10 de noviembre, el colectivo GIVAR envió un correo a la presidencia del Consejo de Ministros Mercedes Aráoz y al Ministro de Salud, Fernando D’Alessio, pidiendo ayuda para el extranjero que con el Seguro Integral de Salud (SIS), podría gozar del servicio de diálisis gratis, por un tema humanitario. Pese a que le dieron SIS, las instituciones debieron hacer colectas para cancelar la hospitalización. Finalmente tras la espera y trámites burocráticos, el ciudadano venezolano murió. Sus familiares que lo vieron salir desde Venezuela para buscar un mejor futuro, deberán recibir apenas sus cenizas. El Estado peruano no ha garantizado el derecho a la salud y la vida del venezolano, que  independientemente de su nacionalidad, debió recibir un mejor trato y atención de las autoridades. Lo mismo pasa con los propios connacionales con VIH, quienes mueren aún teniendo el SIS, pero donde hay que comprar desde agujas hasta filtros, ante la escasez de productos médicos.

Reflexión. 

Los casos indignantes que presentamos en este informe, que apenas son emblemáticos para reflejar la situación del VIH en el Perú, deben servir para mejorar el abordaje del VIH, prevención y la celeridad en las investigaciones.

 

 

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