Lima, Perú .- Sin llegar a muchas interpretaciones, el automanejo representa una estrategia prometedora en la salud preventiva y adherencia al tratamiento para aquellas infecciones o condiciones crónicas, que permite a aquellas personas que brindan el programa de automanejo de Sí, da Vida; ir más allá de la información y ser maestros en la enseñanza para lograr detectar y resolver los problemas asociados con el VIH u otras condiciones.
Los instructores de Sí, da Vida, reciben una intensa capacitación y además actualizaciones que les permite brindar a los participantes de los programas técnicas y herramientas como: resolución de problemas, propósitos semanales, cambios de pensamientos negativos a positivos, romper con el ciclo vicioso de síntomas, entre otras más.
Es así como trabaja el equipo de voluntarios que lleva adelante el programa bandera de Sí, da Vida, que es la única en el país que hasta el momento tiene la licencia de la Universidad de Stanford en los Estados Unidos, y que a lo largo de éste tiempo se han graduado 184 instructores, 24 de ellos, principales; es decir con una mayor profundización en el automanejo.
Ya son más de 3 mil personas quienes han logrado culminar las 7 sesiones del programa “Manejando la Salud” en nuestro local, hospitales, centros comunitarios, centros de rehabilitación y centros penitenciarios de Lima.
Además muchas de las personas que concluyeron el programa siguen asistiendo a Sí, da Vida, como parte
de las actividades y servicios de resocialización, que permite a la persona con VIH aceptarse y aprender a convivir con la infección.
De esta manera Sí, da Vida ha logrado contribuir en la educación de las personas que viven con el VIH para llevar una vida saludable, permitiendo tener un modelo de atención social en la salud, distinto a cualquier atención médica en el país.
“Apostamos porque el automanejo, como una eficaz forma de prevención, ya sea primaria, secundaria o terciaria porque nos permite manejar la salud y llevar un control en todo el aspecto humano. Aquí vemos más allá de cualquier dolencia, el automanejo es integral”, explica Juan Luis Ppati, coordinador del programa de automanejo.
Ppati Izaguirre recuerda con nostalgia, como se inició Sí, da Vida con el programa piloto en el hospital Sergio Bernales de Collique, de donde salió la primera promoción de instructores.
“Cada año crecemos más, como una organización y familia. Pensar que antes éramos 16 instructores, que al culminar el 2016 la cifra se duplicó (28 graduados) y ahora somos 184, me llena de orgullo”, narra Juan Ppati.
En el año 2008, se incorporó a instructoras trans femeninas, debido a sus capacidades de liderazgo y a la empatía para llevar a cabo programas con la comunidad homosexual. También se han incorporado a profesionales de la salud, comprometidos con el trabajo en VIH.
Escribe: Marlon Castillo / Conexión Vida