El reservorio viral en las infecciones de VIH es la cantidad de virus que permanece latente dentro de las células tras someterse a una terapia. Ahora, en un trabajo con recién nacidos, científicos españoles han demostrado que los niños que iniciaron el tratamiento durante las 12 primeras semanas de vida tenían una carga seis veces más pequeña que los que empezaron la terapia a partir de entonces.
El pasado año se registraron en todo el mundo un total de 220.000 nuevas infecciones de VIH por la transmisión madre a hijo, lo que supone más de 600 nuevos casos por día.
Este tipo de transmisión es la que ha analizado un grupo de científicos españoles en 23 niños y ha demostrado que iniciar el tratamiento antirretroviral (TAR) durante las 12 primeras semanas de vida reduce seis veces el tamaño de los reservorios virales, siempre que el tratamiento se mantenga de forma ininterrumpida.
El trabajo, publicado en la revista Clinical Infectious Diseases, distribuyó a los 23 niños nacidos en España entre 2004 y 2009 en dos grupos: 14 que habían iniciado la terapia durante las 12 primeras semanas de vida, y nueve que lo habían comenzado entre la semana 12 y la 54.
Cargas virales hasta seis veces más pequeñas
Tras medir con técnicas moleculares de última generación la cantidad de células que albergaban ADN viral en su interior, los resultados indican que los niños del primer grupo establecieron cargas virales seis veces más pequeñas que los del segundo grupo.
Los reservorios virales son los virus que se mantienen latentes dentro de las células y despiertan cuando se interrumpe la terapia, por lo que reducir su tamaño sería beneficioso a la hora de implementar futuras estrategias médicas orientadas a la cura de la infección por VIH.
Los científicos coinciden en que la limitación de tamaño de los reservorios podría desempeñar un papel clave a la hora de conseguir que el virus no se replique al suspender el tratamiento, lo que podría definirse como “cura funcional”, según señala Javier Martínez-Picado, experto de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados y coautor del estudio.
“Los niños son los mejores candidatos para poder beneficiarse en un futuro de posibles intervenciones médicas orientadas a la cura”, afirma Martínez-Picado, que añade que las terapias actuales permiten igualar la esperanza de vida de las personas portadoras y las no portadoras de VIH.
Interrupción del tratamiento
Al mismo tiempo, los científicos también estudiaron el efecto de la interrupción del TAR en el tamaño del reservorio mediante el seguimiento de tres niños que lo suspendieron temporalmente, y nueve que lo mantuvieron de forma constante.
Según el estudio, en ocasiones la medicación en niños puede ser interrumpida de forma temporal si el paciente presenta una carga viral indetectable y un buen estado de salud, para así evitar su posible toxicidad.
Los resultados demuestran que, en cuanto el TAR fue interrumpido, los reservorios se llenaron rápidamente. “Esto significa que las interrupciones de tratamiento pueden contrarrestar los beneficios de iniciar la terapia al poco de nacer”, añade Martínez-Picado.
“El VIH replica relativamente rápido en niños. Y cuanto más rápido replica, mayor es el tamaño del reservorio. No está claro el origen del rebote viral, y la ampliación de los reservorios podría ser irreversible”, concluye el experto.
Fuente: RTVE