La generalización de los tratamientos antirretrovirales contra el VIH en África tiene dos caras. Sin duda —y sobre todo—, hay una positiva: cada vez más personas pueden sobrevivir sin desarrollar el sida, las tasas de mortalidad caen y, como en los países desarrollados, la condición pasa de ser letal a crónica. La otra, la negativa, es que el virus puede generar resistencias que convierten en insuficientes a los fármacos más convencionales o de primera línea. Son entonces necesarias alternativas menos accesibles, que están a la orden del día en las zonas ricas del mundo, pero no son tan fáciles de conseguir en las pobres.

El avance de estas resistencias se ha constatado en varias investigaciones que indican que la prevalencia de transmisión de VIH resistente a los fármacos se ha incrementado recientemente hasta un 5% en Sudáfrica, Kenia y Zambia, y ha alcanzado el 15% en Uganda.

Un nuevo estudio que se publica en la revista Journal of Antimicrobial Chemotherapy, abunda en señalar la propagación del virus con estas características.

Asegura que, en Mozambique, uno de los países con mayor prevalencia del VIH, los antirretrovirales han fracasado en una cuarta parte de los pacientes.

La gran mayoría de ellos (el 89%) ha desarrollado resistencia a los fármacos habituales y necesitan los tratamientos denominados de segunda línea. “Es una foto que refleja bien lo que está sucediendo en muchos países del África subsahariana”, explica la investigadora principal, María Rupérez, de ISGlobal, que ha desarrollado el estudio en colaboración con el Institut de Recerca de Sida IrsiCaixa y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM).

noti_int02

Fuente: AFP

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí