A lo largo de dicho periodo se observaron notables cambios en las causas de muerte, pero la reducción de la mortalidad en usuarios de drogas intravenosas ha sido ínfima.
Las tasas de mortalidad por cualquier causa han disminuido notablemente en personas con el VIH en tratamiento antirretroviral en el periodo comprendido entre los años 1996 y 2020, según las conclusiones de un estudio publicado en Lancet HIV. La mayor reducción se ha dado en la mortalidad asociada a sida. El estudio también ha detectado cambios en las causas de muerte durante el periodo analizado.
Es un hecho conocido y evidenciado en diversos estudios que la esperanza de vida en las personas con el VIH no ha hecho más que aumentar desde la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) a mediados de la década de 1990. Sin embargo, la evolución exacta de la mortalidad y de las causas de fallecimiento de las personas con el VIH tras la llegada de la TARGA no han sido aspectos tan estudiados.
Para arrojar más luz a este asunto, un equipo de investigadores analizó datos de personas con el VIH mayores de 16 años que iniciaron tratamiento antirretroviral entre 1996 y 2020. Dichas personas pertenecían a 17 cohortes de personas con el VIH de Europa y Norteamérica.
En el estudio, los fallecimientos fueron atribuidos a una única causa por dos médicos o por un médico y un algoritmo si faltaban datos que permitieran establecer adecuadamente dicha causa. Las tasas de mortalidad y las causas de muerte se analizaron y compararon en grupos de 3 o 4 años.
Entre las 189.301 personas con el VIH incluidas en el estudio tuvieron lugar 16.832 fallecimientos (8,9% del total de participantes). El 78,3% de dichas muertes fueron clasificadas por causa, siendo el sida (25%) la principal de ellas, seguida por cáncer no definitorio de sida ni asociado a hepatitis y por causa de muerte cardiovascular (8,3%).
Durante el estudio, las tasas de muerte por cualquier causa por cada 1.000 persona-años de seguimiento disminuyeron desde las 16,8 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento (intervalo de confianza del 95% en el periodo 1996-1999 hasta las 7,9 muertes por cada 1.000 persona-años de seguimiento en el periodo 2016-2020.
Los datos revelaron que las tasas de mortalidad por causas específicas también disminuyeron durante el periodo evaluado. La más destacada fue la mortalidad por sida (cociente de riesgos), que pasó de suponer el 49% de los fallecimientos en el periodo 1996-2020 a suponer el 16% en el periodo 2016-2020.
En el estudio también se observaron reducciones en las tasas de muerte por causa cardiovascular; por causa hepática, por infección no asociada a sida; por cáncer no definitorio de sida y no hepático y en las tasas de muerte por causa accidental o suicidio.
Los autores del estudio destacan que, aunque las tasas de mortalidad en personas con el VIH hayan disminuido, estas siguen siendo superiores a las observadas en personas sin el VIH, ya sea por causas asociadas al propio VIH, a las comorbilidades o a otros factores de riesgo más prevalentes en personas con el VIH que en la población general.
El acceso a más herramientas de cribado, prevención y tratamiento de comorbilidades que pueden acabar siendo causas de muerte no asociadas a sida puede ser esencial para acortar las diferencias en la mortalidad observadas entre personas con o sin el VIH.
Por otro lado, los investigadores destacan que la reducción de la mortalidad no ha sido uniforme en los diversos subgrupos de personas con el VIH. Así, dichas reducción sería ínfima entre usuarios de drogas intravenosas e incluso, en mujeres usuarias de drogas intravenosas se habría observado un aumento de la mortalidad. Para atajar este último punto son evidentemente necesarios programas que aborden el estigma, la discriminación y las particulares necesidades de este colectivo.
Fuente: GTT – VIH