Han pasado 18 años desde que entró en vigencia la Ley 28243, que permite el acceso universal al tratamiento antirretroviral para las PVVS. El Colectivo por la  vida, uno de los grupos que impulsó esta ley, fue reconocido en el Congreso de la República.

Escribe Edith Ramirez – Conexión Vida 

Lima – Perú.- En 12 de julio en una emotiva ceremonia en el Congreso de la República, integrantes y ex integrantes del Colectivo por la Vida conmemoraron los 18 años de la Ley 28243, que permite la gratuitad del tratamiento antirretroviral (TAR) a las PVVS (personas viviendo con VIH).

La ceremonia fue una iniciativa de la congresista Susel Paredes, quien también fue una de las personas que impulsó el acceso universal a los antirretrovirales en el país.

«Ahí se despertó en mi la vocación para ser congresista» exclamó Paredes, durante el evento conmemorativo, al recordar que era necesario crear alianzas estratégicas con el sector político para la implementación de normas en beneficio de la ciudadanía.

Fue con ayuda del, entonces congresista, José Luis Risco, que se logra colocar en agenda el proyecto a la modificatoria de la Ley Contrasida 26626, luego de un largo trabajo trabajo de incidencia política, en mayo del 2004 se aprobó por unanimidad la Ley 28243.

Y es que durante los años noventa, el estigma, la discriminación y la tasa de muertes relacionadas al VIH era mayor. En los países del norte se habían desarrollado medicamentos que permitían mantener una mejor salud para las personas que vivían con el virus, además de prevenir la transmisión madre a hijo. Pero los fármacos no llegaban al país, salvo para reducidos estudios clínicos o a través de fundaciones cuya ayuda no alcanzaba para resolver el problema. Los afectados seguían muriendo y muchos niños quedaban en la orfandad

Por más de una década el VIH y el sida habían ido apagando la vida de miles de personas, ante esa problemática se formó y organizó el Colectivo por la Vida, con el objetivo de que el estado peruano proveyera de medicación adecuada a las PVVS. 

Hacia finales de los años 90, tanto las sanidades de las Fuerzas Armadas y Policiales, como la Seguridad Social, proveía tratamiento antirretroviral a sus asegurados, sin embargo, la gran mayoría de las personas con VIH estaba excluida y su salud se deterioraba.

El Colectivo por la Vida logró unificar organizaciones de personas con VIH, Prosa, Peruanos Positivos, Ánimo y Aliento, Red de Mujeres con VIH, entre otras más, para iniciar el trabajo desde la sociedad civil con el fin de exigir al Estado la provisión del tratamiento antirretroviral como parte de la atención integral que debían recibir las personas con VIH.

Para modificar la ley que estaba en vigencia se realizó un trabajo de sensibilización a congresistas de la República y funcionarios del Ministerio de Salud.  Entre las acciones realizadas por el grupo estaban las marchas, pasacalles, además de acciones artísticas, de presión y protestas. 

«El tener acceso al tratamiento antirretroviral, ha implicado que muchas personas ahora estemos saludables, estemos bien, y tengamos proyectos de vida con una visión de desarrollo… una vez recuerdo que en PROSA, en un mes de era agosto del año 91 era, 17 personas murieron en un mes, 17 personas… y yo hace años no voy al entierro de una persona que murió porque no tuvo acceso al tratamiento, entonces vemos la diferencia que hay» Julio Cesar Cruz – director ejecutivo de Prosa.

Cruz reflexionó ¿qué estamos haciendo ahora, por todas aquellas personas que aún no tiene acceso al tratamiento?

En esa línea María Luz QuispeMiembro de la Red de Mujeres viviendo con VIH, cuestionó que si bien existe un tratamiento gratuito, no se brinda un trato de calidad y calidez en la mayoría de establecimientos de salud del MINSA: «se nos dio tratamiento, tenemos salud, pero, ¿qué pasa más allá?… también dice (la ley) atención de calidad y calidez, pero calidez no hay, deberían ver el perfil del personal de salud»

Marlon Castillo, director de Conexión Vida y miembro del Colectivo por la Vida, recibió un merecido reconocimiento de parte de la congresista Susel Paredes, por su lucha y trabajo en pro de los derechos de las personas viviendo con el VIH. Al igual David Castro, responsable de prevención primaria y secundaria de Sí, da Vida.

 

Una nueva visión hacia el VIH

En el 2020 se realizó un estudio demostró que en los últimos 10 años la mortalidad de las personas viviendo con VIH cayó en 40 %. El impacto de la aprobación de la Ley 28243, ha sido positivo, por lo que la mirada al VIH cambió y ahora se le considera una condición crónica de salud. 

Pero aún quedan muchas brechas por cerrar, durante la ceremonia la Directora de la Oficina de ONUSIDA para Peru, Ecuador, Bolivia y Colombia, Andrea Boccardi, señaló que la dinámica a la epidemia del VIH ha cambiado, existen mejoras en el tratamiento, por lo que recomendó avanzar y actualizar las normas a favor de las personas viviendo con el virus. 

Posición que avala María Luz Quispe de la Red de Mujeres viviendo con VIH: «hay que trabajar en ello, hay que crear nuevas leyes, la 28243 ya está obsoleta hay que modificarla en muchos aspecto, también en cuanto a los niños, ¿quién defiende a los niños, cuando no hay su leche, cuando no hay su PCR?»

En Latinoamérica el ejemplo más cercano es el de Argentina, país que recientemente actualizó sus leyes a favor de esta población con la Nueva Ley de VIH, tuberculosis, hepatitis e ITS, cuya mejoría integra un factor social. 

Aún hay mucho trabajo por hacer en favor de los grupos más vulnerables.

 

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