La única excepción sería la mortalidad por causa cardiovascular, que no se vería afectada
Austria.- Un estudio publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health ha concluido que la longevidad de las personas con VIH sigue en aumento gracias al efecto del tratamiento antirretroviral, que permite el control de la replicación del virus y favorece los aumentos de los recuentos de células T CD4. La única excepción sería la mortalidad por causa cardiovascular, que no se vería afectada por el hecho de tener un sistema inmunitario más robusto por tener recuentos elevados de CD4.
El aumento de la esperanza de vida de las personas con el VIH ha sido constante desde la llegada de la terapia antirretroviral (TAR) a finales de la década de los noventa.
Para arrojar un poco más de luz sobre este asunto, investigadores de una importante grupo de personas con el VIH de Austria analizaron las tasas de mortalidad en función de diversas causas y estratificadas por los recuentos de CD4. Un total de 6.848 personas con el VIH fueron incluidas en el grupo entre 1997 y 2014 y, posteriormente, en el presente análisis. Todos los participantes habían realizado, al menos, una visita médica y contaban con datos de seguimiento de un mínimo de seis meses.
Globalmente, 1.192 personas de este grupo fallecieron entre 1997 y 2014. Un tercio falleció por enfermedades definitorias de sida, un 10% por enfermedad hepática, un 12% por cáncer y un 9% por infecciones. El 7% de las muertes fueron por enfermedad cardiovascular.
En el estudio se observaron diferencias de acceso a la atención sanitaria. El 15% de los participantes comenzaron su seguimiento con diagnóstico de VHI y el 13% nunca recibió la prescripción de tratamiento antirretroviral (precisamente el grupo con mayores tasas de mortalidad). Las personas que fallecieron eran algo mayores (mediana de 40 años de edad frente a la mediana de 35 años de quienes no fallecieron), llevaban menos tiempo en tratamiento antirretroviral y tenían menores recuentos de CD4.
Dentro de las más de mil muertes registradas se encontró una tendencia muy marcada a una reducción de la tasa de mortalidad conforme pasaban los años (por el efecto a largo plazo del TAR, así como por su perfeccionamiento). Así, dicha tasa de mortalidad se redujo en dos tercios entre 1997 y 2014.
No obstante, dichas tasas variaron en función del perfil de los participantes. Así, quienes comenzaron el tratamiento teniendo alrededor de 30 años observaron una reducción de la mortalidad del 75% durante el periodo evaluado. Las muertes asociadas a VIH disminuyeron un 500% y las muertes por causa hepática se redujeron a la mitad.
Los casos de cáncer se redujeron en dos tercios. Las muertes asociadas al uso de drogas se mantuvieron estables. Las personas que adquirieron el VIH a través del uso de drogas inyectables presentaron un riesgo de mortalidad superior al observado en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres.
Muchas de las muertes pueden ser explicadas por los recuentos de CD4. Así, tener recuentos de CD4 inferiores a 350 células/mm3 se asoció a una mayor mortalidad que tener recuentos superiores a dicha cifra.
Sin embargo, dicho efecto de los recuentos de CD4 no pudo ser observado en lo relativo a las muertes por enfermedad cardiovascular. Así, mientras que la mortalidad por causa cardiovascular se redujo a la mitad durante el estudio, al ajustar los resultados en función de los niveles de CD4, no se observó un efecto favorable por tener un recuento de CD4 más elevado.
Los resultados del presente estudio siguen evidenciando la gran importancia del TAR en el control del VIH y sus consecuencias. El hallazgo del nulo impacto de los recuentos de CD4 en la mortalidad cardiovascular deberá ser convenientemente analizado en futuros estudios, ya que, aunque podría ser efectivamente cierto y reproducible, también podría deberse a algún tipo de sesgo no identificado.
Fuente:POZ