¿La vacuna será suficiente para proteger a mi hijo frente al covid-19?, ¿le hará daño?, ¿podría alterarle su ADN?, ¿lo podría volver infértil? ¿tal vez será mejor no vacunarlo? son algunas interrogantes que los padres se hacen ahora que ha llegado el momento de que sus hijos pongan el hombro.
Para generar un mejor ambiente frente a la recepción de la vacuna, recomendó evitar comentarios negativos o exageraciones sobre las reacciones que se puede tener tras inmunizarse.
“Los niños están escuchando a sus padres y abuelitos todo el tiempo. Confían en ellos y por eso debemos tener cuidado con lo que decimos sobre las vacunas, evitando difundir creencias que hemos leído por allí, sin mayor sustento, como que pueden modificar el ADN o dejarte infértil porque no es verdad; ni tampoco exagerando sobre el dolor en el brazo donde se recibió la vacuna”.
No sería mala idea, anotó, reducir el consumo de redes sociales por un tiempo, donde abunda mucha información falsa o tergiversada.
¿Los obligo o no?
En ningún caso debe obligarse al menor a vacunarse, aunque se crea que es por su bien, añadió la psicóloga de manera enfática.
“No se puede hacer nada en contra de la voluntad de un niño o adolescente porque lo único que se logrará es que le de un ataque de ansiedad o se genere un trauma. Ante la oposición a recibir la vacuna, los padres deben aceptar la decisión. Si ya están en el vacunatorio deben moverse a un lugar despejado para calmarlo, indicándole que siempre habrá posibilidad para volver cuando él esté seguro”.
Para evitar este tipo de situaciones, sugirió que los padres preparen al menor con anticipación, explicándole para qué sirven las vacunas, cómo se hacen, cómo funcionan, qué hacen cuando ya están dentro del cuerpo y por qué a lo largo de
la historia han salvado muchas vidas.
Si ellos no conocen esta información pueden buscarla en páginas web de medicina o del propio Ministerio de Salud, el objetivo es ir educándose juntos sobre el tema y desterrar miedos provocados por el desconocimiento o las noticias falsas.
Apoyo emocional
El día de la vacunación debe comenzar con mucha alegría y entusiasmo, aconseja la experta.
Se le puede alentar con frases del tipo “hoy te vas a vacunar, es un buen día para ti” “estarás más seguro, más protegido” “con la vacunación estaremos controlando la pandemia”, entre otras frases. La idea es crear un ambiente de expectativa positiva.
“Tal vez se le puede ofrecer un pequeño premio al final del proceso, como un helado o un dulce que le guste, a fin de reforzar la decisión”.
Pero si pese a todo eso el menor entra en pánico, deben evitarse frases como “tienes que vacunarte” o “no me hagas quedar mal” porque será contraproducente y hará más complicado que después quiera recibir su segunda dosis.
“A los papas y mamás aconsejo que vayan siempre con su agüita de manzanilla o la bebida que le gusta al menor, algún juego o peluche que le de tranquilidad. Si bien no está permitido llevar mascotas a los vacunatorios podemos dejarlos en el auto o cerca al lugar para darle ánimo a los menores”.
Ante los casos de fobia o pánico a las agujas, la licenciada Portocarrero aconsejó consultar con algún psicólogo para conocer las técnicas de control de ansiedad y afrontamiento para cuando llegue la vacuna.