El crimen de la mujer trans de 32 años, golpeada y arrojada a un río en Antioquia, ha desatado una ola de indignación en el país, donde ya se registran 25 asesinatos contra personas LGBTIQ+ en 2025.
Lima – Perú.- El reciente asesinato de Sara Millerey González Borja, una mujer trans de 32 años en Bello, Antioquia, ha conmocionado a Colombia y puesto en evidencia la alarmante violencia transfóbica en la región.
Sara fue brutalmente golpeada, con fracturas en sus extremidades, y arrojada a la quebrada La García, donde, tras horas de agonía, falleció a pesar de los esfuerzos médicos.
El crimen que conmocionó a Colombia
En las aguas turbias de la quebrada La García, en Bello, Antioquia, Sara Millerey González Borja, una mujer trans de 32 años, luchó por su vida con las extremidades quebradas, incapaz de moverse. Rescatada tras dos horas de agonía, murió en el hospital, víctima de un ataque brutal que quedó registrado en un video difundido en redes sociales.
El pasado 4 de abril, un grupo de agresores —aún prófugos— la golpeó salvajemente antes de arrojarla al río. Las imágenes, de origen desconocido y no verificadas por BBC Mundo, muestran sus últimos momentos, desatando una ola de repudio en Colombia.
«Fue víctima de un acto atroz y cargado de odio. A Sara la violentaron, le quebraron los brazos y las piernas y la arrojaron al río, y duele profundamente pensar que ocurrió ante la indiferencia de muchos», declaró Lorena González Ospina, alcaldesa de Bello.
La indignación crece: #JusticiaParaSara
El caso ha reavivado las demandas contra la transfobia en América Latina, una región donde la expectativa de vida de las mujeres trans no supera los 35-40 años, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En países como Brasil, Colombia y México, los transfeminicidios y la impunidad son una crisis constante.
La ONG Sí, da Vida se sumó a las exigencias de justicia:
«¡Justicia para Sara! Hoy alzamos la voz por Sara, una mujer trans víctima de transfeminicidio en Colombia. Su vida fue arrebatada por el odio y la violencia que enfrentan a diario las personas trans en nuestra región. El transfeminicidio es real y es urgente visibilizarlo. No podemos seguir normalizando la impunidad», señaló la organización.
La situación en Perú y América Latina
Mientras Colombia enfrenta esta ola de violencia, en Perú, las personas trans siguen luchando contra la exclusión laboral, la discriminación en el sistema de salud y la falta de reconocimiento legal. Según el informe «Sin Justicia Ni Protección» de Promsex, el 80% de mujeres trans en Perú ha sufrido violencia física o verbal, y menos del 10% accede a empleos formales.
En la región, los crímenes de odio persisten: en 2024, la Red Latinoamericana de Personas Trans (REDLACTRANS) reportó 287 muertes violentas de personas trans, con Brasil y México liderando las cifras.
Un llamado urgente
El asesinato de Sara Millerey no es un caso aislado. Es parte de una cadena de violencia sistemática que exige acciones concretas: políticas públicas, educación en diversidad y el fin de la impunidad. Como escribió la activista argentina Lohana Berkins: «Nuestra existencia es resistencia».
Hoy, esa resistencia sigue viva en las calles, en las redes y en la memoria de Sara.