Lima, Perú. – En el marco del Día Mundial de la Salud, que se conmemora cada 7 de abril, las voces de organizaciones, activistas y personas que viven con VIH (PVV) en Perú se alzan ante una grave situación que vulnera el derecho fundamental a la salud: el desabastecimiento sostenido de medicamentos antirretrovirales y la falta de acceso oportuno a tratamientos y servicios especializados en distintas regiones del país.
Situación actual del desabastecimiento

Organizaciones como el Grupo de Vigilancia del Abastecimiento de Antirretrovirales (GIVAR) han reportado una alarmante escasez de medicamentos clave como Tenofovir, Lamivudina y Dolutegravir (TLD), Atazanavir + Ritonavir y Atripla (Tenofovir + Emtricitabina + Efavirenz). Según GIVAR, entre enero y noviembre de 2024 se registraron más de 304 denuncias, de las cuales casi el 60% están relacionadas con la falta de estos fármacos esenciales.
Esta escasez ha obligado al personal médico a modificar los esquemas de tratamiento de los pacientes, una práctica que, según expertos, podría comprometer la eficacia del tratamiento a largo plazo y aumentar la resistencia al virus. Marlon Castillo, vocero de GIVAR, ha señalado que «el personal de salud está cambiando de terapia, lo que no es aceptable porque es una mala práctica médica. Están quemando etapas del tratamiento antirretroviral porque no hay medicamentos suficientes».
Una realidad que se ha querido ocultar
De acuerdo con reportes recientes del Grupo de Vigilancia del Abastecimiento de Antirretrovirales (GIVAR), en coordinación con organizaciones como INPACVIH y Comsempar, se ha denunciado la falta de medicamentos esenciales como ritonavir en hospitales del Ministerio de Salud (MINSA), incluyendo el Hospital Cayetano Heredia en Lima y el Hospital Las Mercedes en Chiclayo.
En la red de EsSalud, también se reporta desabastecimiento de esquemas como Efavirenz en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, uno de los más importantes del país. Estas carencias no solo afectan la continuidad del tratamiento, sino que ponen en riesgo la salud integral de las PVV, favoreciendo la aparición de resistencias farmacológicas y la progresión del virus.
Impacto en la salud pública
La interrupción o alteración de los tratamientos antirretrovirales no solo afecta la salud individual de los pacientes, sino que también tiene repercusiones en la salud pública. La falta de adherencia al tratamiento puede conducir a un aumento en la carga viral, lo que incrementa el riesgo de transmisión del VIH y puede dar lugar a la aparición de cepas resistentes a los medicamentos disponibles.

Cambios forzados de esquemas y retrocesos
Uno de los casos más alarmantes ocurre en el Hospital Luis Lanatta Luján, en Bagua Chica (Amazonas), donde se ha reportado el cambio de esquemas de tratamiento de una sola toma diaria (Dolutegravir/Lamivudina/Tenofovir Disoproxil Fumarato) a esquemas que exigen tres tomas diarias, debido a la falta del medicamento estándar. Este cambio representa no solo un retroceso en la calidad del tratamiento, sino también un riesgo de adherencia, especialmente en zonas rurales o de difícil acceso.
Muchas personas, en especial de las comunidades indígenas como el pueblo Awajún, deben recorrer largas distancias desde zonas remotas para recibir atención médica. A esto se suma que la atención en estos establecimientos solo se brinda de lunes a viernes, lo que impide que personas trabajadoras del Estado puedan acceder a sus tratamientos, contribuyendo al abandono de los mismos.
Acciones legales y respuesta del Ministerio de Salud

Ante esta crisis, diversas organizaciones de la sociedad civil, incluyendo GIVAR, Acción Internacional para la Salud (AIS) y Promsex, presentaron una demanda contra el Ministerio de Salud (Minsa) en diciembre de 2024, exigiendo el cumplimiento de la Resolución Ministerial N° 1024-2020/Minsa, que establece la obligación de proporcionar atención integral a personas adultas con VIH, incluyendo el suministro gratuito de medicamentos esenciales. El Poder Judicial admitió a trámite esta demanda en enero de 2025 y programó una audiencia para mayo del mismo año.
Por su parte, el Minsa ha negado que se hayan realizado cambios en los tratamientos debido al desabastecimiento y ha indicado que la alta demanda de ciertos medicamentos, como el TLD, ha superado las previsiones de los servicios de salud. Sin embargo, las organizaciones civiles sostienen que las medidas adoptadas hasta el momento son insuficientes para garantizar el derecho a la salud de las personas que viven con VIH.
Un llamado a la acción en el Día Mundial de la Salud

En este Día Mundial de la Salud, es fundamental que las autoridades peruanas tomen medidas urgentes y efectivas para resolver el desabastecimiento de medicamentos antirretrovirales. Garantizar el acceso continuo y adecuado a estos tratamientos es esencial para proteger la salud y la vida de miles de peruanos, así como para prevenir la propagación del VIH en la población.
La sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad internacional deben continuar vigilantes y exigir el cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado peruano en materia de salud pública y derechos humanos. Solo a través de una respuesta coordinada y decidida se podrá superar esta crisis y asegurar un futuro más saludable para todos.
El Estado peruano tiene el deber de garantizar acceso universal, gratuito y de calidad a los tratamientos para el VIH, sin discriminación y sin interrupciones. Porque la salud no puede esperar. Y porque las vidas de miles de personas están en juego.
Ayúdanos a visibilizar esta crisis. Comparte esta nota, habla del tema, exige respuestas, que ninguna persona más tenga que enfrentarse al desabastecimiento en silencio.