Menores se ven expuestos al VIH, ante falta de sucedaneo lácteo en Hospital San Juan de Dios de Pisco, madres desesperadas recurren a Givar

Lima – Perú.- Madres con VIH, denuncian que en el Hospital San Juan de Dios de Pisco desde enero de este año no les entregan el sustituto de leche materna para sus hijos, situación que expone a los menores al VIH.

«Tengo un bebé de 4 meses de nacido y en el mes de diciembre me dieron 9 tarros de formula, pero desde ahí no me dan leche porque dicen que el SIS no compra la leche y tengo desde enero sin leche ni un terro más de leche», denuncia Jota (su verdadero nombre se mantiene en reserva por respeto a su confidencialidad de diagnóstico). En la misma denuncia Jota indica que no sería la única madre que padece este desabastecimiento, «hay otras madres que me informan que tampoco les dan la leche» denunció ante el colectivo Givar. 

Pero no sería la única denuncia que llegó ante Givar, esta semana otra madre de familia indicaba el mismo panorama, en el que no se le estaría entregando el sucedaneo lácteo para su hija,

Gasto del bolsillo

El desabastecimiento del sucedaneo lácteo afecta no solo la salud de los menores expuestos, pues ante la falta de recursos sus madres y/o apoderados deben recurrir a brindarles leche de tarro o de soya, esto en ocasiones les causa muchas diarreas. Otro es el impacto económico. «No tengo dinero para comprar, he ido a la estrategia y me dicen que nadie compra y que han pasado el requerimiento a las estrategias. un tarro de leche, cuesta más de 150 soles y solo dura 4 dias. En la desesperacion le doy leche gloria o de soya por que no tengo dinero.
A mi hija le mintieron que le darían leche y ahora nada», resaltaba Jota en su denuncia.

A esta situación se le conoce como «gasto del bolsillo», cuando el usuario ante el desabastecimiento se ve obligado a usar de sus recursos para salvaguardar su salud.

Según la norma técnica de salud para la prevención de transmisión materno infantil de VIH, sífilis y hepatitis B del Ministerio de Salud (MINSA), para el primer mes de vida del recién nacido le corresponde recibir nueve latas de 400 gramos; el segundo mes, once latas; el tercero, doce; el cuarto y quinto, catorce; y en el sexto, quince. Del séptimo mes hasta el primer año de vida, las raciones se reducen de nueve a siete latas, debido a que el bebé ya puede alimentarse con papillas.

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