¿Cómo se gestiona la reproducción en una pareja positiva?

Perú.- En muchas regiones del mundo, la mayoría de las infecciones por VIH son transmitidas
sexualmente o en asociación con el embarazo, el parto o la lactancia, por lo cual es esencial que las iniciativas de salud sexual y reproductiva y VIH/SIDA se refuercen mutuamente. Muchas personas que viven con VIH y que gozan de buena salud van a querer hijos. Una terapia antirretroviral muy activa les brinda a las personas que viven con VIH la posibilidad de concebir nuevos proyectos de vida, como la paternidad, una vez recobran su salud. 

Sin embargo, aún deben tomar decisiones difíciles respecto a la sexualidad, los deseos de paternidad y la vida en familia. Los aspectos estructurales, sociales y culturales, así como la falta de apoyo programático, obstruyen el goce del derecho a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad y el apoyo para tener una familia. Este artículo trata sobre el continuo de atención implicada en la paternidad de las personas positivas, desde el embarazo hasta los cuidados de bebés y niños, y expone ejemplos basados en evidencia de políticas y programas que integran las intervenciones de salud sexual y reproductiva a la atención del VIH/SIDA a fin de apoyar la paternidad. El centrarse en la paternidad de las personas que viven con VIH y son afectadas por éste, es decir, centrarse en la pareja y no en la mujer como la unidad de cuidados, la persona o la pareja de adultos responsables de criar a los hijos, sería un avance programático innovador. El trascender la atención a la salud maternoinfantil para proporcionar cuidados y apoyo a los padres y otros responsables de criar a los niños es especialmente pertinente para las personas que viven con infección por VIH.

El vivir con VIH afecta la manera en la que hombres y mujeres experimentan la paternidad. Tiene un impacto negativo sobre su capacidad para tener hijos, relacionado no sólo con aspectos psicosociales como el estigma, la discriminación y la disminución de la
actividad sexual, sino también con el impacto clínico de la infección del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) en la fertilidad.

Recientemente, la disponibilidad de la terapia antirretroviral altamente activa (TARGA) y de intervenciones para prevenir la transmisión madre-hijo (PTMH), en un mayor número
de países ha cambiado considerablemente la perspectiva de vida de las personas con VIH, creando la posibilidad de nuevos proyectos de vida, incluyendo la paternidad.

Las condiciones estructurales, sociales y culturales, así como la existencia o ausencia de políticas y soporte programático, pueden afectar el acceso a la atención de
salud y la formación de la familia. Estas barreras no se restringen a contextos de recursos limitados. Mujeres y hombres experimentan desafíos similares en los países donde existe disponibilidad de antirretrovirales, que incluyen la falta de información para una gestación
segura y la PTMH, actitudes negativas hacia la posibilidad de que las personas seropositivas tengan hijos, y problemas para acceder a abortos seguros y legales.

A nivel mundial, los principales elementos que afectan las elecciones reproductivas de las mujeres y hombres que viven con VIH son las diferencias en la provisión
de atención calificada, la infraestructura de servicios y recursos humanos, la disponibilidad de consejería y despistaje voluntario (CDV), el acceso a condones, anticonceptivos, medicación y TARGA.
La infección de VIH ha sido asociada con promiscuidad sexual, desorganización familiar y uso de drogas, dimensiones de la vida que son consideradas “desviaciones incurables”

¿Cómo se gestiona la reproducción en una pareja seropositiva?

La transmisión sexual del VIH está globalmente aceptada. El virus se encuentra tanto en el plasma seminal como en la fracción celular no espermática (Borzy et al.,1988). Sin embargo, todos los datos indican que no está presente en el espermatozoide ni en el ovocito. Para evitar el contagio del virus VIH se deben usar métodos anticonceptivos en la relaciones sexuales. En este artículo de la web de IVIDona, hay una infografía sobre los diferentes tipos de anticonceptivos existentes.

Como profesionales en reproducción humana, debemos evaluar caso por caso, ya que el tratamiento dependerá de si el varón, la mujer o ambos son portadores de la enfermedad. Además, nuestro laboratorio deberá incorporar una estancia especial para el tratamiento de muestras infecciosas.

Varón con VIH y mujer sin el virus 

No existe relación entre la carga viral en el plasma sanguíneo y en el plasma seminal. Es por ello que el semen deberá ser procesado incluso si la carga viral es indetectable en sangre.

En el caso de que el varón tenga el virus, siempre será necesario un lavado para aislar la fracción móvil y eliminar los componentes que transmiten el virus. Antes de usar la muestra, se deberá realizar una PCR anidada (nested PCR) para comprobar la ausencia de virus. Este procedimiento fue desarrollado y validado por IVIRMA en 2002 siendo considerado el más seguro hasta la fecha.

Dependiendo de la presencia o no de una patología reproductiva, se realizará una inseminación artificial.

Pareja discordante
En el caso de las parejas en que ambos son seropositivos, pudiendo portar la misma cepa o no. En el caso de que ambos reciban terapia antirretroviral, muestren una carga vírica baja y la mujer tenga un riesgo bajo de superinfección, se recomendará autoinseminación, inseminación artificial o ICSI dependiendo de la existencia o no de una patología reproductiva. En caso de riesgo de superinfección, se deberá lavar el semen y comprobar la ausencia de virus en una PCR.

Una vez conseguido el embarazo, ¿existe algún riesgo de transmisión al feto?

El riesgo de transmisión vertical al feto se centra en el final del embarazo y en el parto siendo inferior al 1% si se administra medicación antirretroviral. En el caso de que la carga viral sea elevada, se recomendará una cesárea. Siempre deben administrarse antirretrovirales tanto antes como durante y después del parto, según la Norma Técnica d e  s a lu d  d e  at e n c i ó n i n t e g r a l d e l a d u lto c o n i n f e c c i ó n p o r el v i r u s d e l a i n m u n o d e f i c i e n c i a Humana (Vih).

¿Cuál es nuestro papel en esta problemática?
Hace unos años, la reproducción estaba totalmente contraindicada en parejas seropositivas. Esto implicaba la posibilidad de infección tanto del miembro sano como del feto. Sin embrago, los avances en terapias antirretrovirales y en técnicas de reproducción asistida permiten no sólo evitar esa infección, sino la consecución de un embarazo sano y el nacimiento de un recién nacido no afecto. Para ello, los profesionales en reproducción asistida deben estar formados en el procesado de muestras de pacientes infecciosos. Así pueden garantizar los estándares de seguridad. En otras palabras, pueden evitar la transmisión del virus a la pareja, a la descendencia, a otros pacientes o a los empleados de la clínica.

Basado en: Los derechos a la salud sexual y reproductiva de las personas VIH positivas: paternidad y maternidad (7 Reproductive Health Matters) / IVIRMA 

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