Escribe Edith Ramirez / Conexión Vida

Cuando el vivir con el VIH/Sida predispone a ser víctima de violencia obstétrica y discriminación en mujeres que ejercen su derecho a la maternidad.

Lima – Perú.- Hace 40 años se detectó por primera vez un caso de VIH en el  país, desde entonces se viene trabajando desde la sociedad civil por un trato digno, libre de estigma y discriminación hacía las personas que viven con esta condición. 

En el Perú y en el mundo las mujeres que viven con el VIH tienen más probabilidades de haber sido víctimas de la violencia, estas mujeres tienen más probabilidades de haberse infectado por el VIH.

De acuerdo a estudios y testimonios de mujeres embarazadas que viven con VIH/Sida, se evidencian situaciones de violencia obstétrica que enfrentan las mujeres con dicho perfil, de la cual no se han conceptualizado en su totalidad bajo esta perspectiva.

¿Cómo se manifiesta la violencia obstétrica?

Según la Defensoría del Pueblo en el Perú en su informe Violencia Obstétrica en el Perú (2020), la legislación nacional ha reconocido de
manera explícita la violencia obstétrica como una de las manifestaciones de la violencia contra las mujeres, comprende todos los actos de violencia por parte del personal de salud con relación a los procesos reproductivos y que se expresa en un trato deshumanizador, abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, que impacta negativamente en la
calidad de vida de las mujeres. 

Del mismo texto se alerta que frente a casos de violencia obstétrica no existiría un procedimiento específico para investigar y sancionar la violencia obstétrica en el sector salud. Sin embargo, sí se han establecido procedimientos administrativos a fin de atender cualquier denuncia relacionada a la vulneración de los derechos de las personas usuarias
de los servicios de salud. 

En el caso de las mujeres que viven con VIH se manifiesta por actos donde se les «recomienda» o induce esterilizarse para evitar transmitir el virus a sus hijos a pesar de los avances científicos,y que en el país la transmisión vertical (de madre a hijo) es menor al 1 %, además existe un protocolo para evitar la transmisión vertical, reglamentada por el Ministerio de Salud.

También se presenta por actos discriminatorios, recientemente en Radio Conexión Vida, via Givar, se dio a conocer el caso de una mujer en trabajo de parto a la cual le solicitaron 30 bolsas de basura y un litro lejía para que pueda ser intervenida en el Hospital Arzobispo Loayza. El acto se encuentra en investigación a fin de determinar responsabilidades.

Otro caso denunciado también vía Givar, fue el de una mujer que denuncio un acto de discriminación, una doctora que la atendía en la Maternidad de Lima, le pidió que “me ligue las trompas para no tener más hijos”, la expresión de esta frase generó disgusto  e indignación, la mujer denunciante aseguró sentirse humillada por la profesional de la salud. 

Actos similares, incluso peores comenzaron durante los primeros años de la epidemia de VIH, pero continúa hasta nuestros días a pesar de que se ha demostrado que el tratamiento antirretroviral es altamente efectivo en prevenir que el virus se transmita de madre a feto.

Es necesario hacer promoción de los derechos de las mujeres con VIH, para que conozcan los mecanismos de quejas o denuncias, cuando se les vulnere sus derechos, además de un trabajo multisectorial.

     

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