Organizaciones participantes del Primer Monitoreo Ciudadano de Agroquímicos en Frutas y Verduras de Supermercados de Lima y Callao se reunieron con el Senasa para abordar los problemas en torno al uso de plaguicidas y proponer alternativas para evitar que alimentos contaminados lleguen a nuestras mesas.
Lima – Perú.- durante el Primer Monitoreo Ciudadano de Agroquímicos en Frutas y Verduras de Supermercados de Lima y Callao se reveló la presencia de 36 plaguicidas en cantidades no aptas para el consumo humano debido a sus potenciales daños para la salud. Tras la publicación de los resultados, funcionarios del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) se reunieron con miembros de las organizaciones que promovieron la investigación: Salud con lupa, el Consorcio Agroecológico Peruano, la Red de Agricultura Ecológica y el Consorcio para la Salud, Ambiente y Desarrollo.
El ingeniero agrónomo Josué Carrasco, quien lleva cuatro meses como director general de Insumos Agropecuarios e Inocuidad Agroalimentaria del Senasa, saludó la iniciativa ciudadana porque permite a los peruanos ser más conscientes de la importancia de consumir alimentos libres de contaminantes y porque evidencia la falta de acciones de control en toda la cadena agropecuaria: desde el cultivo de los alimentos hasta su venta en los mercados y supermercados.
El Senasa es responsable de la vigilancia sanitaria de los alimentos agropecuarios en el campo y durante su producción primaria, cuando son cortados, picados o empaquetados. Sus actividades incluyen revisar las concentraciones de plaguicidas mediante análisis de laboratorios y, en caso de hallar alimentos contaminados, puede retirarlos del mercado y suspender la autorización de la empresa que se encargó de la producción. Como parte de ese trabajo, realiza a nivel nacional monitoreos anuales de la presencia de residuos de plaguicidas y otros contaminantes en los alimentos. Sin embargo, los resultados se obtienen ocho días después cuando las frutas y verduras se comercializaron y consumieron.
Los informes de monitoreo del Senasa describen una reducción de muestras contaminadas (de 39.5% a 12.1%) entre el 2011 y 2022 a nivel nacional; no obstante, aún se observan dos grandes problemas: excesos de residuos de plaguicidas en las frutas y verduras, y el uso de sustancias que están prohibidas en el Perú. La fiscalización debería ser una herramienta para reducir estos problemas, pero el Senasa no se da abasto. “No estamos trabajando con 2 millones de inspectores en campo verificando si se aplican o no las normas, para cualquier país no sería viable”, añade Carrasco.
Para el funcionario, es necesario también que los municipios cumplan con sus funciones en este tema. De acuerdo a las normas peruanas, las municipalidades, con apoyo de los gobiernos regionales, tienen que supervisar el transporte y comercio interno local para que los alimentos se vendan en buenas condiciones de higiene. Además, los mercados y supermercados deben tener un rol activo en la inocuidad de los alimentos que venden. Por eso, se trabaja en una propuesta normativa de reglamento de mercados.
“Vamos a mejorar seguramente la propuesta, pero el espíritu es tener un control al ingreso del mercado para verificar si es que hay sustancias prohibidas o los residuos de plaguicidas están superando el límite máximo permitido, y a partir de ello tomar una medida que ayude a que ese alimento no llegue a la mesa del consumidor”, dijo Josué Carrasco.
Durante la reunión, realizada el último viernes por la tarde en las oficinas del Senasa, también participaron los funcionarios Benjamín Guizado, director de la Subdirección de Inocuidad Agroalimentaria; Moisés Crispín, director ejecutivo de Lima y Callao; y Orlando Lucas, director de la Unidad del Centro de Control de Insumos y Residuos Tóxicos. Asimismo, estuvieron presentes Luis Gomero, Cecilia Mendiola y Juan Sánchez, representantes del Consorcio Agroecológico Peruano y de la Red de Agricultura Ecológica; Jason Martínez, cofundador de Salud con lupa; Jaime Delgado, autor de la Ley de Alimentación Saludable y promotor del monitoreo ciudadano; e Higinio San Martín y José Da Silva, del laboratorio Mérieux NutriSciences.
La necesidad de un trabajo articulado
El monitoreo ciudadano también evidenció la presencia en exceso de plaguicidas altamente tóxicos. De las 36 sustancias, dos están catalogadas por la Organización Mundial de la Salud como sumamente peligrosas: el etoprofós y el oxamil; y otras cinco son muy peligrosas: abamectina, metomilo, ometoato, triazofós y carbofurano. Este último plaguicida se halló en el ají amarillo de Tottus y en el pimiento de Wong, pese a que su uso está prohibido desde septiembre de 2022.
27 de los 36 agroquímicos, además, ya no están autorizados en la Unión Europea, Estados Unidos, Chile o Colombia por sus efectos adversos en la salud de las personas, pero en Perú se siguen empleando. Así sucede con el clorpirifos -un plaguicida prohibido en la Unión Europea por sus posibles efectos genotóxicos y neurológicos- hallado en la cebollita china de Plaza Vea y la beterraga de Metro.
Fuente: Salud con Lupa