Jorge Antonio Gallardo Cartagena, médico especialista en enfermedades infecciosas y tropicales e investigador asociado de la universidad San Marcos. Integrante de la Unidad de Ensayos clínicos Peru, nos explica la complejidad que existe para hallar una cura.
Escribe: Marlon Castillo / Conexión Vida – Artículo publicado en La ReVIHsta
-¿Qué tan lejos o cerca estamos de encontrar la cura al VIH o a alguna vacuna preventiva?
-Bueno en principio como ya se sabe hemos avanzado bastante en el tema de conocer al virus durante estos 40 años de pandemia y es suficiente como para diseñar esquemas de tratamiento que permiten que las personas con VIH puedan mantener cargas virales indetectables y por lo tanto que su sistema inmune no esté comprometido de tal forma que las personas pueden llevar una vida como cualquier otra.
Es así como se ha controlado tanto la progresión de la enfermedad y también la capacidad de transmisión bajo la premisa de indetectable = intransmisible, pero tenemos que seguir trabajando por estrategias de prevención que sean más contundentes desde el punto de vista de la salud pública y es por eso que seguimos trabajando en una vacuna para la prevención del VIH.
«Podría ser algo apresurado decir que en 5 o 10 años podemos tener una vacuna o una cura»
-¿Cuál es lo complejo?
-La tarea técnicamente es complicada porque es un virus que muta muy rápido, que cambia de forma muy rápido y nuestro sistema inmunológico por lo general sufre para poder identificar estas variantes y lo mismo pasa en el desarrollo de una vacuna, encontrar una vacuna que sea capaz de despertar defensas contra todas estas variantes del virus. En la actualidad estamos desarrollando un estudio clínico de fase 3 probando una vacuna heteróloga basada en una plataforma de los virus 26 con un buscador de proteínas denominado estudio mosaico. Estamos en la implementación en varios países del mundo y también se está desarrollando en Perú. Otros ensayos clínicos de fase 1 de fases iniciales utilizando por ejemplo la tecnología del ARN mensajero la misma que se ha utilizado para las vacunas de COVID-19.
-Para el caso del coronavirus hubo un gran esfuerzo de parte de todos los países del mundo para sacar adelante una vacuna entonces, ¿parece que no existe el mismo esfuerzo con el VIH?
-Yo creo que tiene que ver con un tema de cómo la investigación para VIH ha servido de plataforma o de trampolín para que la investigación de COVID-19 y el desarrollo de una vacuna haya sido tan rápida. Las redes de investigación del NIH, específicamente la red de vacunas para VIH (HVTN) pusieron a disposición sus centros de investigación, sus laboratorios, sus investigadores y sus científicos a nivel mundial para COVID-19 teniendo como resultado las vacunas. Ahora se espera que de alguna manera devuelva estos réditos hacia el campo de la investigación para el VIH uno de estos ejemplos es el uso del ARN mensajero que han sido brindadas para COVID-19.
-¿Se aventuraría a decir que en cinco o diez años podríamos tener alguna vacuna preventiva o curativa del VIH?
-Definitivamente quizás podría ser algo apresurado decir que en 5 o 10 años podemos tener una vacuna o una cura, pero siguiendo el ritmo de los avances científicos que tenemos hasta el momento. En 5 o 10 años vamos a tener mejores resultados, definitivamente cada vez nos estamos aproximando de manera más fina a la naturaleza molecular y a las respuestas inmunológicas que permite desentrañar un poco más este misterio que tiene el virus en cuanto a su capacidad de esconderse del sistema inmunológico.