El estudio muestra que esas pastillas, con sabor a fresa, se disuelven, son seguras y más eficaces para el tratamiento del VIH infantil en niños con peso menor a 20 kilos que los tratamientos hasta ahora conocidos.
Internacionales.- Las pastillas son el resultado de la investigación, publicada recientemente en Lancet HIV confirman que esta terapia basada en un fármaco con buen sabor, fácil de tomar y con un precio asequible, permitirá una buena distribución y facilitará el control del VIH en niños, especialmente en algunos países africanos en los que la incidencia es muy alta.
La investigación, co-liderada por el doctor Pablo Rojo, de la Unidad Pediátrica de Ensayos Clínicos del mencionado hospital, ha incluido el seguimiento a más de 700 niños de más de 1 mes de vida y 3 kilos de peso que viven en Uganda, Zimbabue, Sudáfrica, Tailandia, Reino Unido, Portugal, Alemania y España.
La mayor parte de los niños incluidos en la investigación pertenecen al África subsahariana, zona en la que se concentra el grupo más numeroso de pacientes pediátricos con VIH.
Según el doctor Rojo, para que haya mayor adherencia del tratamiento del VIH infantil, el medicamento debe ser fácil de administrar (en este caso se disuelven en agua), además de accesibles y económico.
En su opinión, los resultados del estudio Odyssey, son sólidos y demuestran que la terapia basada en este fármaco debe ser el tratamiento de primera elección, ya que es más eficaz y se comercializará a un precio asequible, puesto que se ha acordado su producción como medicamento genérico para los países de pocos ingresos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha incluido ya como fórmula de elección para todos los niños mayores de 4 semanas de vida.
Niños con VIH
Este estudio, que nace de la necesidad de buscar tratamientos más eficaces frente al VIH infantil, es el más reciente sobre esta patología realizado por la UPIC, Unidad Pediátrica de Ensayos Clínicos.
El primero, publicado en New England Journal of Medicine a finales de 2021, probó que el dolutegravir -fármaco antirretroviral que se emplea para el tratamiento del SIDA- es superior en eficacia frente a otros, tanto para las terapias de primera línea o elección, como para las de segunda línea que son utilizadas cuando las primeras fracasan.
Este medicamento que se utiliza de forma amplia en adultos, ha mostrado no solo que es más efectivo frente al VIH, sino que también reduce en un 40 por ciento la posibilidad de falta de adherencia por parte de los pacientes, frente al estándar.
Explican las fuentes que una de las desigualdades más evidentes es la incapacidad para satisfacer las necesidades de los niños que viven con el VIH.
Si bien un 85 % de las mujeres embarazadas con VIH recibieron tratamiento, la cifra en los niños fue de solo un 54 % en 2020.
Y solo el 40 % de los niños logró suprimir su carga viral, en comparación con el 67 % de los adultos.
En 2020 había en todo el mundo 1,7 millones de niños con VIH, de los cuales un 46 %, es decir, casi la mitad, no seguía tratamiento alguno.
De acuerdo con ONUSIDA, la mayoría de las nuevas infecciones infantiles podrían haberse evitado si las chicas adolescentes y las mujeres hubieran tenido un acceso universal a los servicios de pruebas, prevención y tratamiento del VIH, y el apoyo que necesitan para recibir atención preventiva o en tratamiento durante todo el embarazo y la lactancia.
Más del 95% de los niños con VIH viven en África
Son 320 los menores de 20 años que mueren cada día por la enfermedad. «El VIH sigue existiendo», recuerda Rojo, a pesar de que, en España, «se han hecho las cosas bien» y la situación está controlada. De todos los pacientes, menores de 18 años, que sufren la enfermedad, más del 95% son niños que residen en África.
«La infección sigue siendo una realidad aquí y una pandemia en otros países», señala Rojo. Las pastillas de su investigación son, por ello, una gran noticia y un motivo para la esperanza en un tratamiento que permita, más pronto que tarde, una cura.