Imagen: Andina / Solo hasta octubre del año pasado, se registraron 649 denuncias de tráfico de personas (en el 90 %, mujeres) a nivel nacional, de acuerdo con la Fistrap (Fiscalía de Trata de Personas del Ministerio Público).

Bajo el engaño del puesto de trabajo soñado. Cifra supera a la registrada en 2020 y podría incrementarse este año con la apertura de la frontera con Ecuador, lo que da mayor carta libre a las mafias extranjeras de operar con mayor facilidad en nuestro país, alerta experta nacional.

Escribe: Renato Arana  – Conexión Vida 

Lima – Perú.- El último sábado, dos trabajadoras sexuales de origen ecuatoriano murieron a manos de extorsionadores, al parecer extranjeros, en pleno jirón Zepita por no acceder al pago de cupos semanales para trabajar, bajo su venia, en esa zona roja del Cercado de Lima. Estos dos asesinatos revelan el verdadero trasfondo que arrastra el comercio sexual mediante la abusiva trata de personas (mujeres para ser específicos) que se ha ido incrementando desde 2021 y que amenaza con desbordarse este año con las flexibilizaciones de los protocolos sanitarios y la apertura de fronteras, en especial, la que colinda con Ecuador.

Solo hasta octubre del año pasado, se registraron 649 denuncias de tráfico de personas (en el 90 %, mujeres) a nivel nacional, de acuerdo con la Fistrap (Fiscalía de Trata de Personas del Ministerio Público). La mayor parte de denuncias de personas violentadas por las mafias de tratantes proceden de Arequipa (118), Puno (110) Lima (173), Madre de Dios (66), seguidas por otras regiones como Cusco, Huánuco, Loreto, Tacna. Piura, La Libertad y Callao.

Esta cantidad (que sería solo la punta del iceberg) supera al número de denuncias durante el año 2020 con 372 casos a nivel nacional. También es superior a las 509 denuncias registradas el 2019, lo que indica que la actividad de estas mafias solo disminuyó a causa del cierre de fronteras y las restricciones sanitarias en el territorio nacional por la llega del covid-19.

Ana Ladera, coordinadora de la organización Capital Humano y Social Alternativo.

“Este año 2022, creemos que este incremento ha tenido que estar subiendo porque estamos frente a una apertura a nivel nacional de las restricciones (sanitarias) que teníamos. Hace unos días se ha abierto, nuevamente, las fronteras entre Perú y Ecuador por asuntos comerciales, entonces creemos que eso va a ayudar a que estás mafias puedan operar con más facilidad en el país, al haber menos obstáculos para su ingreso” Advierte Ana Ladera, coordinadora de la organización Capital Humano y Social Alternativo, en diálogo con Conexión Vida.

¿Cómo captan estas mafias a las mujeres para explotarlas sexualmente?

El mayor número se da, mediante engaños, por medio del ofrecimiento de un puesto de trabajo (191 casos el año pasado se perpetró bajo esta modalidad), amenaza o coacción de familiares, convencimiento por parte de amistades o familiares, seducción vía internet (redes sociales).
Las edades preferidas de las víctimas de estos buitres oscilan, en menores de edad, de 13 a 17 años (279 denuncias) y, en caso de las mayores de edad, hasta los 25 años de edad (en 308 denuncias).

Mafias venezolanas infiltradas en todo nivel
En casos como las dos ecuatorianas asesinadas luego, ni siquiera el guarecerse en los refugios para inmigrantes en Tumbes las mantienen alejadas de estas mafias. Se sabe –alerta Capital Humano y Social Alternativo– que  miembros de la organización criminal venezolana El Tren de Aragua podrian infiltrarse en estos albergues temporales para extranjeros con el fin de captar a mujeres e introducirlas en la explotación sexual. Aprovechan los últimos días que le quedan a las refugiadas en estas casas de ayuda lanzarles la propuesta ante la falta de otras ofertas laborales.

Gabriela Mariño, coordinadora de la Plataforma Latinoamericana de Personas que Ejercen Trabajo Sexual (PLAPERTS), condena toda forma de trabajo sexual que sea producto de la trata de personas y confirma que son las mismas mafias de extranjeros, en especial de Venezuela, las que extorsionan y mantienen bajo su control, incluso, a sus connacionales: “Sabemos que, a nivel de migrantes, son ellos mismos los que cobran cupos a sus paisanas. Un ejemplo, es en Lima Sur, San Juan de Miraflores, pues cuando hemos hecho redadas nocturnas hemos visto como las vigilan y las extorsionan. Y al término de su jornada, viene un mototaxi o un auto y se las llevan. Están controladas totalmente y la Policía, se hace de la vista gorda.” 

Gabriela Mariño, coordinadora de la Plataforma Latinoamericana de Personas que Ejercen Trabajo Sexual (PLAPERTS).

 

La inacción de nuestras autoridades ha permitido el avance de esta lacra, pues cuando una víctima de los tratantes de personas se acerca a una comisaría –menciona Ana Ladera– el personal policial, lejos de apoyar, cuestiona a la denunciante por el hecho de ser mayor de edad ya es dueña de sus propias decisiones como trabajadora sexual.

“Lo que no entienden las autoridades es el trasfondo que implica la explotación en el marco de la trata de personas: tienen a su hijo en un lugar bajo amenaza de muerte si no accede a trabajar para ellos, por ejemplo. Ellos (los policías) no entienden y lo único que van a hacer es juzgar a la persona sin saber su historia real”, lamenta Ladera y recomienda que, en ese caso, se acuda a las fiscalías especializadas de trata de personas para una atención directa.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí