Experto de Acción Internacional para la Salud indica que organizaciones de pacientes financiadas por transnacionales podrían ejercer presión para incorporar en el petitorio medicamentos oncológicos con precios inflados y reducidos beneficios terapéuticos; tal es el caso del trastuzumad de 600 mg de Roche, el cual tiene patente en Perú hasta 2030.
Lima, Perú.- La reciente publicación del proyecto reglamento de la Ley Nacional de Cáncer, a primeras luces, trae una luz de esperanza en la cobertura universal, gratuita y prioritaria para el beneficio de los pacientes oncológicos del país. Sin embargo, Javier Llamoza, investigador de Acción Internacional para la Salud, advierte que en las dos semanas que quedan para observar el reglamento, la industria farmacéutica pueda aprovechar para ejercer presión y, así, incorporar en el petitorio de medicamentos productos que no representen un real costo/beneficio.
“De hecho, en la elaboración de este reglamento participaron organizaciones de la sociedad civil y algunas no son transparentes sobre cómo funcionan o son financiadas: la industria farmacéutica financia a estas organizaciones qué terminan siendo mecanismos para palanquear la incorporación de algunos medicamentos de estas empresas”, cuestionó Llamoza en diálogo con Conexión Vida.
El experto citó el caso del trastuzumab, medicamento para el tratamiento contra el cáncer de mama. Anteriormente, en Perú, la farmacéutica Roche lo comercializaba a 1500 dólares la unidad de 440 miligramos, pero desde el ingreso de cuatro nuevos competidores, tras la caducidad de la patente, el precio del producto se redujo hasta 320 dólares. Sin embargo, Roche planea recuperar el terreno perdido con la patente, hasta el año 2030, en nuestro país de la presentación de trastuzumab de 600 miligramos.
“No es nada extraño que mañana se comience a presionar (desde ciertas organizaciones de pacientes) para que todas las mujeres con cáncer de mama empiecen a utilizar la solución de 600 miligramos y retome el mercado exclusivo que antes dominaba la farmacéutica (Roche), pero esta vez con una presentación diferente”, advirtió el especialista de Acción Internacional para la Salud.
Y es que, en este punto, Llamoza exhorta a las autoridades de salud la fortalecer la red de evaluación de nuevas tecnologías tanto de EsSalud, el INS y DIGEMID para evitar el ingreso de medicamentos que no demuestren su superioridad terapéutica respecto a los utilizados en tratamientos tradicionales, como es el caso del trastuzumab de 600 miligramos, el cual tras la evaluación de nuevas tecnologías de EsSalud se determinó que no cuenta con mayores beneficios comparado con la antigua versión de 440 miligramos; sin embargo, contradictoriamente, la nueva presentación de 600 fue aprobada por el Ministerio de Salud.
“No es normal que haya dos concentraciones de medicamentos en el petitorio a la vez. El Ministerio de Salud debe responder cómo pudo incorporar una presentación que es monopólica y exclusiva y que cuesta tanto (1500 dólares). Por eso, pedimos que se haga una segunda evaluación de nuevas tecnologías para saber si son ciertas sus bondades. Eso nos permite hacer un uso eficiente, no solo un producto, sino también de los recursos”, explicó Llamoza.
El especialista espera también que, durante la revisión del reglamento de la Ley Nacional de Cáncer se resuelva la existencia de un fondo intangible para cada enfermedad: “Debemos corregir este punto pues, de lo contrario, terminaremos en el fraccionamiento de la financiación y eso no es correcto. No debemos caer en una carrera de quién se asegura primero con el financiamiento. Debe ser una carrera para asegurarnos todos”