Cool-K cuesta cuatro veces menos que las refrigeradoras del mercado

Lima, Perú.- Un equipo de estudiantes y egresados de la Pontificia Universidad Católica de Perú (PUCP) han diseñado Cool-K , un prototipo de refrigeradora artesanal que funciona sin electricidad y fomenta el acceso a la refrigeración entre las familias de escasos recursos.
 
Este proyecto interdisciplinario integrado por los egresados Claudia y Jorge Siesquén, así como los estudiantes de Diseño Industrial, Nicole Guzmán y César López, fue uno de los 10 ganadores de COVID-19 Global South Health and Livelihoods Challenge de OpenIDEO, organización internacional pionera en temas de innovación, y La Victoria Lab.
 
El desafío buscaba las 10 mejores soluciones que brinden apoyo a las familias de escasos recursos del sur global durante esta pandemia.
 
«En el contexto actual, la ausencia de la refrigeradora ha obligado a las familias a salir diariamente de sus hogares para abastecerse de productos frescos, lo que aumenta la probabilidad de contagiarse de COVID-19”, comenta Jorge Siesquén, Licenciado en Gestión Social. 
 
Ante esa problemática, este equipo decidió desarrollar Cool-K un refrigerador de bajo costo, de diseño modular y que funciona sin energía eléctrica. Fabricado a partir de arcilla y madera, preserva los alimentos frescos de dos a cinco veces más tiempo que en estado natural gracias al enfriamiento por evaporación.
 
Para idear este proyecto, el equipo realizó una investigación exhaustiva sobre las condiciones y posibles soluciones ante la problemática. 
 
“Exploramos bastante. Tuvimos que validar esta necesidad conversando con lideresas, revisando bibliografía y estando en contacto con organizadores de ollas comunes”, indica Claudia Siesquén, egresada de la Especialidad de Sociología.
 
Manos a la obra
 
Una vez realizada la documentación necesaria, los miembros iniciaron el diseño del prototipo.
 
“Tuvimos bastante prueba y error. La primera idea fue a partir de paneles solares, pero estos son muy costosos. Intentamos probando con varios materiales artesanales y que fueran ecológicos”, afirma César López Torres, estudiante de Diseño Industrial en la Facultad de Arte y Diseño PUCP.
 
“Fue un arduo trabajo pues teníamos que ver también la posición de los usuarios. Finalmente, obtuvimos este prototipo que cuesta cuatro veces menos que los refrigeradores del mercado”, cuenta Nicole Guzmán, también estudiante de Diseño Industrial.
 
Según refieren los miembros del equipo, el nombre Cool-K proviene de las antiguas colcas, edificaciones en las que los incas almacenaban granos, como maíz, para preservarlos. ‘Cool’ como parte de refrigeración y la letra ‘K’ para darle la homonimia a ‘colca.’
 
Al no recibir un reconocimiento monetario en este concurso, el equipo de Cool-K se encuentra en busca de inversionistas y alianzas estratégicas que les permita poner en marcha el proyecto.
 
“Nos gustaría contar con mentorías especializadas y alianzas con organizaciones o empresas interesadas en escalar Cool-K y proveer este sistema de refrigeración a las familias peruanas que carecen de artefactos para refrigerar sus alimentos”, comenta Claudia.
 
El equipo invita a comunicarse con ellos a su correo coolkperu@gmail.com.

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