Informe al que tuvo acceso Radio Conexión Vida revela que expertos del seguro social rechazan nuevo tratamiento implantado por el Ministerio de Salud desde 2018, ya que no ofrece ninguna mejora para las personas viviendo con tuberculosis pulmonar. Sociedad civil afirma que nunca se le tomó en cuenta al momento de cambiar el esquema.

Escribe: Renato Arana / Conexión Vida 

Lima, Perú.- Hasta diciembre del año pasado, una persona viviendo con tuberculosis -TBC tenía que ingerir hasta 11 pastillas diarias. Así era su terapia de Tabletas Sueltas (TS) en los hospitales del Ministerio de Salud (MINSA). Sin embargo –mediante Resolución Ministerial N° 1361-2018/MINSA– se cambió este esquema por el de Dosis Fijas Combinadas (DFC), por recomendación de la OMS. Quiere decir que, en lugar una decena de pastillas, el usuario solo requiere ahora unas cuantas unidades que condensa a todos los fármacos de la terapia. A primera vista, este cambio traería múltiples ventaja. Sin embargo, el mismísimo EsSalud donde aún se usa la TS, cuestiona esta medida, dejando en incertidumbre a los usuarios.

¿Cómo es posible que los dos principales operadores de salud pública no se pongan de acuerdo sobre qué esquema es el adecuado contra la TBC?

Y es que, de acuerdo a los especialistas de EsSalud encargados de poner en duda el nuevo sistema en un informe, la experiencia en otros países de la región, como Brasil, revela, para empezar, que la aplicación de la DFC no ha disminuido las tasas de abandono de tratamiento, pese a que todo se reduce a una sola pastilla al día. El resultado: aumento de los casos de TBC multidrogo resistente y, por lo tanto, de la mortalidad.

La guía de la Sociedad Americana Torácica 2016, siendo un poco más flexible, concluye que en realidad no existen diferencias significativas entre ambos esquemas.

Además, cuestiona la eficiencia de los fármacos (que conforman la DFC) para actuar sobre los tejidos comprometidos, en especial la rifampicina –uno de los principales productos contra TBC– pues su efecto se reduce al estar combinado con otros medicamentos en una misma tableta, situación que no se daba con la TS. Por otro lado, una persona en tratamiento que pese más de 70 kilogramos no podría obtener un óptimo resultado de las pastillas administradas en la DFC, citan los expertos de EsSalud en el documento.

La guía de la Sociedad Americana Torácica 2016, siendo un poco más flexible, concluye que en realidad no existen diferencias significativas entre ambos esquemas.

“¿A quién hacemos caso, ahora?”

La serie de deficiencias en la DFC se debe a que el MINSA lo impuso sin tomar en cuenta la opinión de la comunidad implicada, de acuerdo a Carlos Rojas, activista en TB e integrante de la Coalicion de Tuberculosis de Las Americas. Asegura que solo se les convocó luego que se presentó oficialmente el esquema DFC a finales de 2018, cuando ya no había marcha atrás en el proceso.

“El problema es que no se ha demostrado que la DFC sea mejor que la TS. Y para reforzar esto, en marzo de este año, Essalud emite informe técnico en el que avala la TS. Ahora, nuestra preocupación es ¿a quién hacemos caso? ¿Al MINSA o a EsSalud? Esto es perjudicial porque, en caso de que una persona pierda su seguro tendrá que cambiar de esquema”, indica Rojas a Radio Conexión Vida.

«El pensamiento de los funcionarios del MINSA es ‘abre la boca y trágate la pastilla»

También cuestiona que la menor cantidad de pastillas en la DFC sea beneficiosa para la adherencia al tratamiento, contra lo que se podría creer: “El pensamiento de los funcionarios del MINSA es ‘abre la boca y trágate la pastilla’, pero no es tan simple porque hay otros factores que influyen en la adherencia al tratamiento. Essalud dice que no hay estudios serios que certifiquen estos puntos”.

Javier Llamoza, decano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima, no comprende el porqué del reemplazo de la TS por la DFC en los hospitales del MINSA, pese al rechazo de los propios neumólogos peruanos, pues, explica, estos especialistas encuentran limitaciones a la hora de ajustar la terapia por usuario pues solo se cuenta con una sola pastilla que agrupa a varios medicamentos a la vez.

Tampoco encuentra mayor ventaja en la DFC en cuanto al gasto público, pues con la aplicación de la TS en el sistema de salud, Perú obtenía los mejores precios de América Latina por medio de las compras corporativas.

Sin embargo, continúa Llamoza, habrá que esperar hasta junio de este año para evaluar el desempeño del esquema DFC, ya que este se comenzó a aplicar, aunque de manera no oficial, a mediados del 2018. Así se podrá comprobar si realmente es superior a su predecesor.

Puedes escuchar el audio de la entrevista a partir del minuto 14

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí