“El censo  le dará al gobierno la base para seguir manteniendo desigualdades”

 

Escribe: Amanda Meza 

Periodista 

 

El Perú ha cambiado en 10 años, pero el INEI no. Las críticas a las preguntas sobre la identidad étnica no se han hecho esperar además de los ‘olvidos’ o conscientes negaciones en lo que se refiere a grupos poblaciones.

En una década, desde el último censo, el país ha dado un giro sobre todo cultural que no se puede ignorar. Y si los censos nacionales sirven para que el gobierno de turno establezca propuestas y toma de decisiones a nivel nacional durante los próximos 10 años. ¿Por qué algunas poblaciones si están consideradas y otras no? ¿Y por qué se han olvidado de algunas identidades étnicas?

Y todo huele a una consciente negación, que es característica de este Perú racista y atrasado en el que vivimos -y no convivimos- cada quien por su lado.

Veamos las incongruencias del Censo 2017 a cargo del INEI:

1. Si se siente o considera Quechua, Aimara o nativo, de pueblo originario, negro, blanco, mestizo, entre otros. Si bien es un ejercicio interesante que cada quien pueda autodeterminarse, sigue siendo confuso y generará resultados obviamente subjetivos. Pero, un grave error, por ejemplo, no incorporar a la lista a los peruanos de características asiáticas y conminarlos al casillero “otros”. Muy válida la campaña que han iniciado en redes #SoyNikkei para protestar por este ‘olvido’.

La preguntas dirigidas a “Jefe o jefa del hogar”. En el país machista y atrasado. ¿Por qué una pregunta que sigue siendo tan jerárquica? ¿Acaso no existe una responsabilidad compartida del hogar?

2. Otra campaña que viene acogiéndose en redes-donde se es más crítico que en los medios tradicionales-, gira alrededor de la pregunta 26, “Cuál es su religión”. Curioso que solo se haya incluido católico y evangélico. Y no se haya puesto más religiones ni otras opciones que pudieron ampliar el margen de respuesta como ateo/a o agnóstico y ni siquiera laico, pese a que somos un Estado laico. Bueno, si usted no se considera ni católico ni evangélico, la opción válida es marcar ninguna

3. Las preguntas dirigidas a “Jefe o jefa del hogar”. En el país machista y atrasado. ¿Por qué una pregunta que sigue siendo tan jerárquica? ¿Acaso no existe una responsabilidad compartida del hogar? O por lo menos debería existir la opción. Esto demuestra que para el INEI algunas situaciones de familia siguen y seguirán manteniéndose en la prehistoria, sin opción a cambio.

4. Otro punto que no parece un ‘olvido’ sino una consciente negación que seguro proviene de la presión desde los sectores religiosos conservadores es no haber incluido a las personas gays, lesbianas, transexuales en el Censo 2017. Sí, el censo del siglo XXI. Fue el propio INEI que avaló la realización de la primera encuesta virtual para personas LGTBIQ lanzada en conferencia de prensa en mayo de este año. Y, sin embargo, no los ha considerado en el censo. No solo es inconsecuente, es discriminador.

Si se está pidiendo que la gente autodetermine su identidad étnica, por qué no hacerlo también con el sexo. A hombre o mujer pudo sumarse “otro” y dejar que la gente decidiera qué poner en ese casillero.

Existen miles de familias LGBTIQ en el territorio nacional conviviendo, de distintas edades y en todas las regiones del territorio nacional. La campaña #YoTambiénCuento lanzada en redes sociales sostiene: “Estamos hablando de cifras inexactas y falsas que pretenden hacernos mentir en nuestra cédula. Además, no estamos de acuerdo como sociedad civil a la denominación de jefe/a de hogar, este podría haber sido “persona 1” por ejemplo, siendo más acorde con la igualdad de género que tanto intentamos alcanzar como sociedad”.

Y exigen: 1. Poder consignar en observaciones nuestra orientación sexual e identidad de género. 2. Poder consignar a nuestros convivientes en el ítem de “esposo/a compañero/a”.

5. Orden de inamovilidad. ¿Por qué la restricción total del derecho al libre tránsito? ¿Acaso no podría una persona ser censada y seguir haciendo sus labores? No todos ni todas las peruanas pueden estar cómodos en casa sin trabajar en domingo, para algunos representa el día de más venta, para otros significará que tengan que recuperar esas horas haciendo horas extras en la semana. ¿Por qué tendrían que estar obligados a ello? Hay un abuso aquí también con decidir sobre el horario extra de los trabajadores. Pero, en un país donde el gobierno está tan lejos de la realidad de los ciudadanos se puede esperar de todo.

Lo explicaba Rosa María Palacios en su columna en el diario La República: “solo se puede restringir si el Gobierno decreta un Estado de emergencia respetando el procedimiento establecido en la Constitución”. Y añade: “No hay tal cosa como orden de inamovilidad lo que hay es un toque de queda por restricción de libertad de tránsito, cuando la Constitución establece que hay un procedimiento único para hacer eso. Por lo tanto, si usted quiere salir a pasear el día del Censo, puede hacerlo, y si lo detienen tiene derecho a interponer un hábeas corpus contra el Estado peruano”.

Dicho todo esto hay miles de peruanos que no cuentan para el Estado y así las cosas es un Censo que le dará al gobierno la base para seguir manteniendo desigualdades.

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