Hoy es el Día Internacional del Trabajo, día en que se reviven hechos históricos de la lucha por alcanzar derechos laborales, pero en cambio también existen historias de discriminación y exclusión por tener un diagnóstico VIH positivo.

Escribe: Marlon Castillo / Conexión Vida 

 Lima, Perú.- Apenas firmó su contrato de trabajo indefinido, el 7 de enero del año pasado, pensó que sus problemas económicos estaban resueltos, desconociendo que seis días después fue echado de su centro de labores, porque en los exámenes preocupacionales que le practicaron, dieron  positivo al Virus de Inmunodeficiencia Humana – VIH.

Jorge, cuyas iniciales de su nombre completo son J.A.S, tiene  46 años y aunque ya conocía sobre su condición de salud, jamás pensó vivir tanta humillación en la empresa que lo contrató para realizar trabajos de electricidad en Cañete.

Tras entablar el acuerdo ocupacional con la empresa especializada en instalaciones eléctricas Piping Industrial SAC, acudió hasta el  hospital  Sisol (Sistema Metropolitano de la Solidaridad) de la localidad de Punta Hermosa (sur de Lima) para hacerse sus exámenes pre-ocupacionales. «Me sacaron sangre como siempre hacen cuando hay examen médico; éramos varios trabajadores y nadie firmó nada, mucho menos nos dijeron para qué eran los exámenes, pero nunca tuve desconfianza», narra Jorge.

Una semana después de los exámenes de rutina, los resultados de todos los trabajadores, los recibió un representante de la empresa y conocieron que Jorge tenía el VIH.

«Estaba comiendo, cuando llegó el jefe (Ing. Carlos Casana) y delante de mis tres compañeros, me dijo que tenía Sida y que debía irme porque iba a contagiar a todos. Al día siguiente (13 de enero) vía telefónica el administrador de la obra (Ing. Fernando Yataco) me llamó y me dijo que debía ser separado porque el médico había informado a la empresa que no podía trabajar porque estaba expuesto al sol».

Al ser despedido de manera verbal, Jorge debió vender su teléfono celular para salir del Centro Industrial La Chotana, Chilca y retornar a Lima. «Primero me negué a decir que tenía VIH, porque era vergonzoso decirlo, todos me miraban, por eso lo confesé a solas, pero ya me daba cuenta que había mucha ignorancia sobre este virus. Ese día no pude dormir y tampoco tenía plata» cuenta.

Sin justicia  

Jorge acudió a la organización Sí, da Vida y al colectivo Givar, donde le brindaron asesoría jurídica. Posteriormente se sumó a la defensa de Jorge, el Observatorio de Derechos Humanos TLGBI y VIH (Universidad Cayetano Heredia y Prosa) para seguir el proceso, que aún se encuentra en la vía administrativa.

Con expediente 108-2016 la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral – Sunafil  emitió un acta de infracción que determinó como «muy grave en materia de relaciones laborales» contra la empresa Piping Industrial, multándola con 5 UIT, equivalentes a 19 mil 750 soles por discriminación a una persona que vive con el VIH. La empresa apeló la infracción y aún el proceso continúa.

Por su parte la Superintendencia Nacional de Salud – Susalud, emitió un informe que da cuenta que el hospital Sisol incurrió en varias irregularidades al no informar a Jorge sobre los exámenes preocupacionales, no haberle dado el consentimiento informado para la realización de la prueba del  VIH y entregar los resultados a un tercero.

Jorge iniciará una acción civil en el poder judicial, pues aunque los informes le dan la razón, las multas e indemnizaciones, van a favor del Estado y no del afectado.

«Tengo un año y aún siento un nudo en la garganta, desconfiando de todos y teniendo trabajos eventuales. No entiendo porqué existe tanto desconocimiento sobre el VIH y miedo a nosotros. Porqué el Ministerio de Trabajo, no fiscaliza estas discriminaciones?. Me he enterado de muchos casos, donde a la gente le hacen los exámenes del VIH  sin pedirte permiso y nadie controla», expresa Jorge, quién es padre de dos menores y vive en una situación humilde en Ventanilla, Callao.

Leyes no son cumplidas 

En nuestro país, es muy común que en las empresas antes de contratar al personal, se realicen pruebas de descarte de VIH y otras enfermedades, sin embargo su obligatoriedad es ilegal, de acuerdo con la Ley 26626.

Dicha Ley, conocida como Contrasida, señala que la prueba de diagnóstico de VIH es voluntaria, por lo que un empleador no puede obligar, ni expulsar del trabajo aquel empleado que no desea practicarse tal examen de sangre.

El VIH no debe tratarse como una cuestión de salud laboral y, por lo tanto, si entendemos que el trabajo no es un entorno de riesgo para la transmisión, la prueba de detección es innecesaria y no debe exigirse.
Por lo tanto, disfrazar con diferentes razones el despido laboral de una persona con VIH es una manera de discriminación, advierte la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Trabajo.
Igualmente, el Reglamento de la Ley General de Inspección del Trabajo, Decreto Supremo Nº 019-2006-TR, señala que constituye infracción muy grave los actos discriminatorios del que sea objeto una persona con VIH en su centro de trabajo, sancionando a la empresa infractora con el pago de 11 a 20 UIT (Unidad Impositiva Tributaria).
Además, el 30 de Noviembre del 2008 fue publicada en el Diario Oficial “El Peruano”, la Resolución Ministerial Nº 376-2008-TR denominada “Medidas Nacionales frente al VIH y Sida en el lugar de trabajo”, documento normativo orientado a la no discriminación, confidencialidad y protección de los derechos laborales de las Personas viviendo con VIH en el lugar de trabajo en el Perú.

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1 COMENTARIO

  1. Es una lástima lo que ha sufrido Jorge; sin embargo, al iniciar una acción por la vía civil, el monto de la indemnización efectivamente va al accionante. Por el contrario, cuando el proceso se tramita por la vía penal, el pago de la reparación civil si va al estado.

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