San Martín, Perú .- Es realmente increíble que en plena época donde la información se encuentra disponible en todos lados, la discriminación y estigma por parte de una sociedad que desconoce sobre la infección y sus vías de transmisión o que tiene prejuicios sobre las personas que viven con el virus; pueda causar tanto daño a 6 occisos, sus familias y a la comunidad en general.
Al finalizar el año, se realizó el Diálogo Nacional sobre VIH y Derechos, un espacio donde muchas personas con VIH y líderes entablaron una relación con las autoridades para dar a conocer sus preocupaciones y sugerencias, pero lo que más llamó la atención de esa sesión, fue la denunciada de discriminación a personas que aunque estando muertas con VIH, fueron discriminadas.
Ante una denuncia hecha por un activista y amigo de un fallecido de la comunidad de Morales, ubicado en la región San Martín, al nororiente del Perú, ante la Defensoría del Pueblo, se descubrió que en el camposanto de dicha localidad hay más de 5 tumbas de personas que murieron por infecciones oportunistas asociadas al VIH. Los nichos conteniendo los restos de las personas fallecidas están apartados al lado derecho del lugar, para –supuestamente- proteger de enfermedades que se podrían transmitir por el ambiente a la comunidad.
Un reportero del portal de noticias de Corresponsales Clave, dialogó con el denunciante, quien pidió mantener su nombre en reserva, y detalló que en el mes de octubre del 2013 acudió al llamado de la madre de uno de sus amigos que falleció por una infección oportunista asociada al sida.
“Me dijo la mamá del occiso que le estaban cobrando 400 soles, porque su hijo que había muerto por VIH y debía ser enterrado en una fosa común. Incluso me dijo que había una persona anticipadamente designada ‘ese’ tipo de sepulturas”, manifestó.
Tras conocer del pago y la extraña disposición, el denunciante acudió hasta el cementerio y constató que al menos cinco personas más a quien había conocido y le habían revelado su diagnóstico. “Yo me sorprendí, porque he visto los nombres de varios amigos míos que reconocí. La familia del joven fallecido, pidió explicaciones a la encargada de Registro Civil, quien -según versión del denunciante- aseguro que existía una norma del Ministerio de Salud que establecía dicha separación de las tumbas como medida de protección de enfermedades y cuidado del medio ambiente.
Durante la reunión del Diálogo Nacional se discutió el caso y se aclaró que no existe normativa alguna respecto a los entierros de las personas que mueren a consecuencia de una infección asociada al VIH y que dicha separación configuraría un acto de discriminación en pleno 2015, luego de más de 30 años de epidemia en el país.
La denuncia ante la Defensoría del Pueblo fue acompañada de fotografías para determinar que hubo totalmente discriminatorio por parte de la funcionaria de Registro Civil y actualmente, el organismo responsable de velar por el respeto de los derechos humanos de todas las personas se encuentra a la espera de la respuesta de la responsable del Registro Civil para determinar responsabilidades y dar recomendaciones para desechar dicho tipo de prácticas.
En contextos de epidemias concentradas, el estigma y la discriminación retrasan y distorsionan el trabajo que se realiza en contra de la respuesta a la infección. La región San Martín ha sido fuertemente afectada por el VIH en los últimos años y los casos continúan en aumento. A pesar de ello, la región no cuenta con programas sostenidos orientados a reducir el estigma y la discriminación en escuelas y otros ámbitos de la vida cotidiana.
Las denuncias de situaciones como estas, que parecen traídas de los años ochenta, y la respuesta eficaz de instituciones como la Defensoría del Pueblo pueden contribuir a apalancar la sensibilización y capacitación de los funcionarios públicos.
Con información de Corresponsales clave: http://www.corresponsalesclave.org/2015/11/discriminados-despues-de-muertos.html
