México.- Mujeres mexicanas en situación económica vulnerable y que viven con VIH o Sida no pueden acceder a los medicamentos antirretrovirales o a tratamientos que requieren, debido a que el Banco Mundial clasifica hoy a México como país de “ingresos mediano alto” y lo deja sin el beneficio de los fondos para atender el padecimiento.
Y es que al ser considerado como país de renta media, México no tiene el apoyo del Fondo Mundial contra el VIH, la Tuberculosis y la Malaria, esencial para abastecer los servicios públicos con antirretrovirales y otros medicamentos que resultan vitales para atender la enfermedad, por lo que ahora las mujeres deberán pagar más por acceder a sus medicinas.
De acuerdo con los datos del BM para México, la población del país tiene un ingreso mediano alto, pues el Ingreso Nacional Bruto (INB) es de 9.860 dólares, (171.42 pesos). Sin embargo, la información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) contrastan con lo que dice el Banco.
Para Coneval, entre 2012 y 2014, mientras el porcentaje de pobreza extrema se redujo mínimamente (de 9.8 por ciento de la población a 9.5 por ciento), el porcentaje de la población en pobreza aumentó (de 45.5 por ciento a 46.2 por ciento en el mismo periodo). Y para 2014, 28 millones 500 mil mujeres vivían en condición de pobreza.
MUJERES POBRES ANTE VIH Y SIDA
La organización internacional Aids Healthcare Foundation (AHF), con presencia en México, detalla que la clasificación del Banco Mundial, que considera que la población del país percibe recursos económicos suficientes, afecta considerablemente a las 190 mil personas que viven con VIH en el país, sobre todo aquellas que pertenecen a poblaciones vulnerables.
Como lo ha reconocido el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y Sida, las mujeres que viven con VIH o Sida están en un contexto de mayor desigualdad social y económica, que las vuelve vulnerables ante la epidemia, desde las formas de contagio, su detección y el tratamiento.
Datos oficiales estiman que, de cada 5 personas que viven con VIH en México, una es mujer, es decir, al 31 de diciembre de 2014 se habían reportado 45 mil 223 casos de VIH en mujeres.
Actualmente, únicamente 23 mil mujeres con VIH se encuentran vinculadas a servicios de salud de todo el sector y de ellas apenas 20 mil 764 están en tratamiento.
A esto se suma que, como se ha detectado, durante los primeros cinco años de tratamiento se pierde al 51 por ciento de las mujeres, es decir, solo 3 de cada 6 mujeres continúan en tratamiento a 5 años de haber sido diagnosticadas.
Organizaciones que integran la Mesa de Mujeres del Comité de Prevención del Consejo Nacional para la Prevención y el Control del Sida (Conasida) advierten que la falta de permanencia de las mujeres en los servicios de salud se debe, en parte, a la falta de recursos económicos para trasladarse a las unidades médicas o a que continúan en relaciones desiguales en donde se les limitan los permisos para salir del hogar, entre otros factores.
MALA CLASIFICACIÓN
Ante lo que consideran una clasificación errónea como país de renta media, activistas y personas que viven con VIH en el país, convocadas por Aids Healthcare Foundation, realizaron la semana pasada una manifestación frente a las oficinas del Banco Mundial (BM) en la Ciudad de México para llamar al presidente del organismo, Jim Yong Kin, a reconsiderar las clasificaciones.
De acuerdo con el Banco Mundial, 2.86 dólares diarios (45.24 pesos mexicanos) bastan para considerar a las naciones como un país de ingreso medio.
La protesta de AHF toma como base que los 2.86 dólares diarios no se pueden considerar un ingreso suficiente y enfatizan que lo que el Banco Interamericano de Desarrollo considera como “el costo de vida diario de una persona en un país de renta media coincide con el precio de una taza de café en Washington, Estados Unidos, sede del Banco Mundial”.
Es urgente, dice AHF, que el Banco Mundial revise el concepto de desarrollo, “para que los países de ingresos medios puedan acceder a recursos de la cooperación, a fin de contribuir a sus procesos de desarrollo y crecimiento sostenibles e inclusivos”.
Fuente: Bajo Palabra.